La crisis en que se debate el país tiene varios ángulos, de los cuales podemos identificar algunos: el gobierno de transición que asume deudas interna y externa con cifras nada positivas; la caída en el precio del petróleo y la pandemia mundial por el Covid-19. Otro de los problemas que se puede mencionar está relacionado con los recursos de los trabajadores, por la utilización de los mismos en préstamos a entidades agrícolas y otros, que se conoce según publicaciones y, por otra parte, los gastos sobredimensionados del anterior régimen.
Nadie en el mundo pudo imaginar que aparecería un virus desconocido que atenta contra la salud en magnitudes insospechadas. Caso que no se puede discutir, porque abarca a las naciones de nuestro planeta. Sin embargo, hay personas que no creen en la desgracia que aflige al conjunto de las familias, y aparecen con sendos discursos creando desconfianza, desconcierto en el país, y se toman la libertad de indicar que el gobierno, con el soporte del Imperio del Norte, está matando bolivianos, solo con la finalidad de mantenerse en el poder. Pero es de hacer notar que este gobierno u otro, cualquiera sea su color político, tendría tal vez mayores problemas.
Personalmente creo que este absurdo no es creíble, estamos en un proceso en el cual ni los expertos saben cuándo puede normalizarse la situación de la salud en el mundo. El índice de contagio es enorme y de acuerdo con informaciones, éste puede duplicarse en los dos meses siguientes en el país, una gran parte por la desorientación de la población, especialmente entre los gremiales, la pequeña, mediana y grande industria, movimientos sociales y agricultores, que sufren las consecuencias. Por ello se observa reducción de personal en algunas empresas y a otras sin producción y sin información, en la actualidad sus ingresos no tienen el ritmo económico y, como consecuencia, existe despido de personal, paralización de obras y producción agrícola. Todo está en función de mantener a grupos familiares. En consecuencia, nos preguntamos: ¿cuál es el futuro?, nadie puede decirnos como saldrá Bolivia hacia la reanudación de su actividades económicas, particularmente.
En cuanto a la seguridad social, estamos entrando en un problema muy delicado, relacionado con el uso de los aportes de los trabajadores. En un artículo publicado el 11/07/2020, con el título “Las AFPs ganan y los aportantes pierden”, escrito por la abogada Angélica Siles Parrado, hay datos muy interesantes, porque demuestran numéricamente que no existirá rentabilidad a futuro que pueda sostener el sistema de largo plazo. Es cierto que las rentas no serán superiores al 35%, y fuera de este asunto hay que redundar en el uso de los aportes en préstamos, y seguramente a fondo perdido.
Ahora bien, los trabajadores sensiblemente no tienen conocimiento real de los ingresos, porque siempre se ha comentado que se auditará los ingresos a las AFPs, sin embargo nadie ha tenido el valor suficiente para ejecutarlo. Pero viene otro caso desconocido para todos, que es el aporte previsional por riesgos, que no tiene la evolución respecto a las rentas. Este ingreso de un tercio del aporte al régimen de largo plazo, tiene un sistema de tratamiento al asegurado solo por el tiempo de incapacidad, con un soporte que se descuenta de la renta de incapacidad, hasta cumplir la edad para ingresar a la jubilación, o sea que la cobertura tiene un límite.
¿Alguna vez los gobiernos se han preguntado cuántos trabajadores están dentro del sector incapacitados?, ¿tienen datos derivados de la seguridad social? ¿Saben cuál es el costo de este régimen? La utilidad sobre este régimen es muy grande.
La revisión urgente de la Ley de Pensiones se hace necesaria, no se puede jugar con los recursos de los aportantes. Es bueno recordar que cuando conocí un borrador de la modificación de la Ley de Pensiones, a principios de 1996, publiqué en EL DIARIO un proyecto con el siguiente título: “Alternativa Real – Banco del Trabajador y la Seguridad Social”; pensemos ahora cómo invierten los bancos los recursos de donde obtienen sus ganancias. El proceso es elemental, la velocidad de circulación de la moneda, por lo tanto, no se necesita una AFP, tampoco una Gestora; dentro del sistema bancario existen normas a las que se pueden ajustar los aportes, indudablemente con un sistema de calificación de rentas que garantice el futuro del jubilado. Sin embargo, no es posible a la fecha crear un banco, pero se puede recurrir a uno que presente las garantías para su funcionamiento, este proyecto puede ser más soluble para que los gobiernos no dispongan de los recursos del régimen de largo plazo.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |