La pandemia en La Paz, autoridades y descuido

La ciudad de La Paz se encuentra en tinieblas sobre las incidencias del Covid por falta de información, si algo se conoce del departamento es por los reportes globales del Ministerio de Salud que difunden los canales televisivos. Este silencio sobre la pandemia en el ámbito paceño y alteño es común también a radios y periódicos, en vista de que no reciben reportes del Sedes ni de la Alcaldía Municipal. Ésta debería elaborar un informe cotidiano de la evolución de esta peste para cursarlo a los medios de comunicación. La ciudadanía paceña carece ahora de este importante conocimiento.

En cambio, la información de la evolución del Covid es fluida del interior del Estado. Por ejemplo de Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y otros se conoce los casos nuevos, decesos, recuperados, etc., inclusive con detalle de sus provincias. Por mucho que el Sedes tiene un nuevo director de mucha fama no se lo ve reportando la situación pandémica de La Paz. Esta dependencia de la gobernación parece haber caído en letargo, después de la ratificación de la empleomanía de su dependencia.

Por lo que toca al COED (Comité Operativo de Emergencia Departamental) padece del vicio o deporte nacional de la “reunionitis” y es que la pasa deliberando por todo, sin resolver nada. Todas estas autoridades, o como se llamen, se llenan la boca de promesas, pero la crisis sanitaria en el departamento ha traspuesto los 10.200 casos de Coronavirus y oscila los 1.000 nuevos contaminados por día. Por lo menos supera 500 diarios y gran parte de los 600 médicos, enfermeras y personal sanitario contagiado en Bolivia se encuentran en La Paz, por causa de que nadie les provee indumentaria e insumos de bioseguridad. En días pasados cerraron cinco hospitales públicos, con lo cual los niveles responsables revelan el colmo del abandono. Esto demuestra una vez más que seguimos siendo el departamento y las dos urbes más indigentes y casi mendicantes del país, no solamente en este rubro sino en todo orden de cosas. Se supondría que el título de “sede de Gobierno” de La Paz nos basta y al Gobierno le calza cómodamente pero no da un paso a su favor.

Se ha repartido a los ocho departamentos laboratorios de pruebas rápidas de Covid, pero no a La Paz. Funcionan dos laboratorios públicos (¿?), dos de la CNS y tres privados, insuficientes para la población propia, la de El Alto y provincias, laboratorios que también cubren casos del interior. En todos, el público forma filas desde las 3 y 4 de la mañana y muchas veces en vano. Esto a nadie conmueve ni preocupa. En cuanto a hospitales, nuestra ciudad cuenta con el único en la Portada, se dice para Covid. Es un hospital municipal que ha sido improvisado para la pandemia y no pasa de unas 20 camas para el efecto. La Alcaldía municipal anuncia un nuevo nosocomio en Cotahuma. No hay cuando… La CNS dice contar con tres hospitales, todos saturados al presente. Los ejecutivos de esta Caja tampoco han dotado de trajes de bioseguridad, de insumos, ni medicamentos, según dicen las críticas.

En todo el interior se ha entregado las medicinas básicas preventivas según los protocolos. Este tipo de donación urgente (kids) es del ámbito municipal. Se espera que la alcaldía así lo haga porque nadie lo hará en su lugar. Se impone que tome en cuenta a las zonas llamadas “residenciales”, cual la del Sur, Miraflores, Sopocachi, etc., todas tan paceñas como el resto pero libradas a su suerte en esta crisis. A la alcaldía le compete concurrente y supletoriamente como la emergencia lo exige: controlar a las farmacias, clínicas, centros sanitarios, laboratorios de fármacos, etc. Las primeras por la especulación, agio y ocultamiento de medicinas en general. Fiscalizar los cobros excesivos y garantías patrimoniales que muchas clínicas condicionan y, asimismo, intervenir ante el rechazo de estos centros a presuntos pacientes de Covid.

Finalmente reclamamos porque no se efectúa el rastreo de contagiados, sospechosos y otros de Covid por zonas, villas y barrios de La Paz, aunque se anunció su inicio, mas sin cuantificación alguna y menos la prosecución de estas visitas domiciliarias, si las hubo. El Alto las está realizando sostenida y eficazmente y ni qué se diga en las capitales del interior del país. En fin, las tareas de la alcaldía que son de su incumbencia o se han mediatizado o se incumplen en la actual grave emergencia. Estas reflexiones no pretenden ningún vuelo literario, sino llamar la atención sobre las omisiones indicadas, respondiendo a las quejas y lamentos del público que nos ha sido posible conocer.

El autor es jurista, escritor y periodista.