Ni duda cabe que la pandemia china del coronavirus, tiene un fuerte impacto en la actividad económica, especialmente en el sector de la vivienda, aunque el gobierno apuesta en la construcción para crear más empleos en el futuro inmediato.
Bolivia como otros países, se ha visto afectada en la construcción y en consecuencia entre otros sectores que ocupa como proveedores, fabricantes de ladrillos, cemento, arquitectos, ingenieros, albañiles, eléctricos, muebleros, plomeros y otros, pues la elevada incertidumbre sobre la futura evolución del coronavirus genera muchas dudas, pues el shock de la enfermedad puso en freno a los empresarios, inversores, constructores y la cadena de personas que se dedican a la construcción de viviendas horizontales y alguien dijese se quedaron a media obra y hoy apenas puede sacar la cabeza para seguir adelante.
Es un buen aliciente que los economistas del gobierno actual apuesten por este sector para crear fuentes de trabajo, casi de manera inmediata, pues estos factores o decisiones dan confianza sobre la capacidad del sector constructor para sortear la crisis actual.
La situación financiera de los hogares bolivianos y de las empresas constructora antes de la llegada del coronavirus era más o menos sostenible y cierta como para endeudarse incluso para adquirir un bien inmueble incluso de podía advertir que había un exceso de nuevas viviendas y al parecer resultaba excesiva con relación a la evolución de la demografía y la posición de solvencia del sector bancario.
Esa situación ha provocado que el mercado laboral sea afectado con un receso en las actividades de la mano de obra, contrariamente la demanda de vivienda bajo de manera considerable. La compra y venta de viviendas retrocedió o quizás se estacionó, no contamos con ese dato exacto y simplemente se especulan los porcentajes o se estiman o al final calculan a ojo de buen cubero e incluso en eses contexto donde las previsiones están sujetas a un grado de incertidumbre muy superior al habitual por este schock de la enfermedad maldita.
Esta dicho que la formación de hogares nuevos será muy lenta, aspecto que provoca la necesidad de tener una vivienda propia y como consecuencia la compra de vivienda pasa a segundo plano. Quizás por el panorama económico podría generar una tendencia por el alquiler o quedarse a vivir en casa de los padres.
No es ningún descubrimiento que los ingresos de los hogares se han reducido y la incertidumbre sobre las perspectivas laborales futuras puede hacer incrementar el ahorro por previsión de los hogares y que se pospongan decisiones de inversión a largo plazo.
La desaceleración en la construcción ha empujado también a muchos bolivianos durante esta pandemia a optar de otras decisiones como el alquiler y finalmente cobijarse con los padres con toda la familia, ya que es seguro y sale más barato en las circunstancias actuales, además de ahorrar y simplemente pagar la luz y el agua y algún otro servicio.
Muchos paceños, ven esta alternativa como más factible de vivir en la casa de unos de los padres de la pareja. Un buen sector de las parejas, viven con sus suegras, suegros, en tanto ahorren y se compren un terreno para hacer construir o caso contrario en el mejor de los casos optar por la compra de un departamento horizontal o anticrético, aunque estrechos, pero seguros con los padres de familia.
Aunque con esta forma de vida o de acomodamiento, en cierta forma se pierde la independencia de vida de la nueva familia, pero que con esta pandemia estamos tratando de ahorrar al mínimo y no sacrificar al nuevo núcleo familiar. (EDICIÓN # 224)