Museo Nacional de Arqueología
Por Edwin Conde Villarreal
El Museo Nacional de Arqueología con más de un centenario de antigüedad y con más de 40 mil piezas arqueológicas, continúa cerrado desde el 2 de julio; mientras que los hongos y bacterias podrían deteriorar la conservación de las momias por falta de un monitoreo de la humedad constante y la temperatura.
Existe una alta probabilidad, sin el monitoreo constante de la humedad relativa y la temperatura en ambientes adecuados, de una proliferación de microrganismos (hongos y bacterias) que pueden originar un proceso de biodeterioración microbiana en los restos humanos momificados del Museo Nacional de Arqueología (MUNARQ).
El genetista Guido Valverde confirmó que son varios los estudios que demostraron que los microorganismos amenazan el material cultural (pinturas, documentos, textiles, piezas líticas y cuerpos momificados), que se encuentran almacenados en los museos.
Dijo que es importante desarrollar procedimientos de control para evaluar la conservación del material arqueológico con el fin de monitorear la progresión general de la contaminación por medio de parámetros, como la temperatura y humedad relativa, así como la realización de estudios para determinar la presencia de hongos, bacterias, líquenes e insectos.
Valverde que está afiliado al Instituto de Momias y el Hombre de Hielo de Bolzano (Italia), explicó que se encontraron (en otros lugares) altas concentraciones de esporas de hongos en el aire que pueden, incluso, representar un riesgo potencial para la salud de los visitantes y del personal que trabaja en esta clase de depósitos.
La biodeterioración es un proceso que ocurre tan pronto como las condiciones micro climáticas (temperatura y humedad relativa) son favorables para sostener el crecimiento de mohos, que pueden causar serios daños en los materiales que se conservan.
LAS MOMIAS
Respecto del material momificado del MUNARQ, el genetista considera que, es sin duda el ensamble más importante de restos humanos en el país. En la región andina, la mayoría fueron naturalmente momificadas (como las que se encuentran en el museo) debido a las condiciones ambientales en regiones de gran altitud, y climas secos y fríos, “por esas condiciones precisan de un ambiente adecuado para su preservación”.
El Museo Nacional de Arqueología con más de un centenario de antigüedad y con más de 40 mil piezas arqueológicas, continúa cerrado desde el dos de julio, cuando el personal fue desalojado de las instalaciones, junto con funcionarios de la Unidad de Arqueología y Museos (UDAM) por una supuesta reestructuración del ex Ministerio de Culturas y Turismo.
El experto considera que la información contenida en la colección es de gran valía y su preservación requiere de los estándares apropiados para tener disponible el material en estudios posteriores y para las futuras generaciones. “Dada las características de momificación se ha determinado que estos individuos pertenecieron al periodo denominado Intermedio Tardío (1100 – 1400 después de Cristo)”, confirmó.
NUEVOS ESTUDIOS
En relación a nuevas investigaciones, el genetista informó que desde el 2017 y en directa colaboración con el MUNARQ y el antropólogo forense Luis Castedo, se trabajó en un proyecto de investigación sobre el ámbito de la antropología biológica, dirigido a revalorizar la colección de momias almacenadas.
Se realizó la caracterización genética de los individuos momificados y parte de los cráneos humanos con la colaboración internacional del Centro Eurac, Instituto de Momias y el Hombre de Hielo en Bolzano, la única instancia en el mundo enfocada al análisis bioarqueológico.
Reveló que un primer estudio molecular, demostró que el ADN (material
genético) está conservado y apto para estudios posteriores. “En consecuencia, los resultados iniciales del análisis de genética, han revelado que efectivamente estas momias, son individuos prehispánicos por los marcadores del ADN mitocondrial”. (ANF)