Agua y poder – II

Continuando con esta segunda parte del trabajo de la Fundación Milenio, me referiré ahora a dos frentes de batalla y de trabajo: 1) el periodo entre 1997 y el 2000 en Cochabamba, cuyo principal actor fue el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado -SEMAPA-, a la cual el Gobierno central le instruye “dar una solución estructural al problema de abastecimiento de agua potable y de riego de los municipios y tierras agrícolas de los valles de Cochabamba”, para lo cual se dispuso las siguientes medidas: - La concesión de los servicios públicos de agua potable y alcantarillado de la ciudad de Cochabamba y sus alrededores.

- La ejecución del proyecto múltiple de Misicuni.

- La ejecución del proyecto Corani.

Para hacer realidad esas disposiciones, se dieron los siguientes pasos:

- Una licitación pública internacional para otorgar la Concesión de aprovechamiento de aguas y la Concesión del Servicio de Agua potable y Alcantarillado de la ciudad de Cochabamba y sus alrededores.

- La meta en cobertura que debía cumplir el proponente era del 90% en agua potable y 88% en alcantarillado.

- Los recursos de agua debían ser Corani y el agua del trasvase de los ríos Titiri-Serkheta se construirá hasta el 2002. Aguas que se utilizaría para agua de riego en los Valles Central y Bajo.

- Concluido el trasvase se ejecutará el Proyecto Múltiple Misicuni para que empiece a suministrar agua cruda destinada a agua potable y riego.

Hecha la licitación internacional, se presentaron varias firmas internacionales.

A lo largo de 1996 se dieron varios avances. Finalmente, en 1997 la decisión del Poder Ejecutivo fue que los proyectos Corani y Misicuni debían competir para abastecer agua a Cochabamba y el concesionario de SEMAPA tendría que definir la fuente de agua.

El 8 de julio de 1997, el Ministerio de Capitalización emitió la Resolución Ministerial No. 80/97, disponiendo la cancelación de la licitación pública internacional MS-AGUAS/2/97 para la “Concesión del Servicio Público de Agua Potable y Alcantarillado en la Ciudad de Cochabamba y sus alrededores”, en aplicación a la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia.

Aquí concluyó el primer intento para dar en concesión la empresa SEMAPA.

El segundo proceso de participación privada en SEMAPA se inicia el 12 de septiembre de 1997, bajo la presidencia de Hugo Banzer, mediante DS 24.841 se autoriza nuevamente la participación del sector privado en la prestación del servicio de agua potable y alcantarillado para la ciudad de Cochabamba y el proyecto Múltiple Misicuni.

Esta decisión del Poder Ejecutivo no tuvo objeción por parte de las autoridades locales, ni organizaciones civiles ni otras instituciones que se opusieron en la primera propuesta.

Otro aspecto que destaca el estudio de Milenio para esta licitación de SEMAPA es el hecho de que el directorio de la empresa Misicuni decide la concesión del proyecto múltiple Misicuni al futuro concesionario de SEMAPA.

PERO, en abril de 1999 mediante DS 25.351 el Poder Ejecutivo recomienda que se declare desierta, debido a que se presenta un solo proponente, Aguas del Tunari.

Por lo anterior hay un tercer proceso de participación privada en SEMAPA.

Este tercer proceso mediante el DS 25.413 de 11 de junio de 1999 acepta la propuesta final de la empresa Aguas del Tunari.

Este decreto claramente adjudica la prestación, el aprovechamiento de aguas, la prestación del servicio público de agua potable y alcantarillado para la ciudad de Cochabamba, el suministro de agua de riego y la generación de energía eléctrica en el contexto del proyecto Misicuni.

Para concluir, el 3 de septiembre de 1999 se suscribe el denominado “Contrato de Concesión de Aprovechamiento de Aguas y Alcantarillado en la ciudad de Cochabamba”.

Desde mi punto de vista, es una historia larga y con un final útil para Cochabamba.

Por la importancia del tema, dedicaré un tercer artículo para presentar el caso de La Paz y El Alto.