Cepal y OPS:
> No hay reactivación posible sin un plan claro tendiente a evitar el repunte de los contagios; las medidas sanitarias dirigidas a controlar la pandemia deben implementarse con las sociales y económicas para atenuar los efectos de la crisis, sostienen las organizaciones
Solo si se aplana la curva de contagio de la pandemia por Covid-19 se podrá reactivar las economías de la región, ya que la vida, la salud y el bienestar son primordiales y constituyen prerrequisitos para esta tarea, señala un nuevo informe conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Para enfrentar la pandemia en todas sus fases, las políticas de salud, sociales y económicas deben ser integradas, coordinadas, participativas y adaptadas a cada contexto nacional y subnacional.
Parte del informe señala que las medidas de salud pública deben basarse en la información científica disponible en un contexto dinámico y deben ir de la mano de medidas económicas, sociales y productivas.
“Cuando la economía comience a reactivarse, las probabilidades de contagio aumentarán, por ello, las estrategias para reapertura requieren que se integren las políticas de salud y las económicas (fiscales, sociales, productivas), pues estas últimas atenúan los efectos de la crisis y facilitan el cumplimiento de las medidas sanitarias”, según el informe.
Además plantea que la fase de reapertura de la economía debe ser gradual y basada en protocolos sanitarios que permitan mitigar los efectos del virus, proteger a los trabajadores y que pueden variar en el territorio.
El gasto fiscal para controlar la pandemia y favorecer la reactivación y reconstrucción debe aumentar y hacerse más eficiente, efectivo y equitativo, con un gasto público en salud que alcance al menos el 6 % del PIB.
Bolivia no llega a ese porcentaje, y el pedido de varios sectores sociales de un presupuesto de 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) a la Asamblea Plurinacional, aún no fue tomada en cuenta.
Datos económicos
La pandemia ha provocado la recesión más abrupta de la historia de América Latina y el Caribe que, de acuerdo con las proyecciones de la Cepal, implicará una caída del crecimiento regional de -9,1 % en 2020.
Asimismo, el desempleo aumentará del 8,1 % en 2019 al 13,5 % en 2020 (44 millones de desempleados, 18 millones más que en 2019) y habrá un incremento de la tasa de pobreza de 7,0 puntos porcentuales para alcanzar el 37,3 % de la población (231 millones en total, con 45 millones de nuevos pobres).
Además, se prevé que la extrema pobreza aumente 4,5 puntos porcentuales hasta el 15,5 %, lo que representa un incremento de 28 millones de personas (96 millones de personas en total) y se agudizará la desigualdad con un alza promedio en el índice de Gini de 4,9 puntos porcentuales de 2019 a 2020.
Ocho de cada 10 personas en la región (491 millones de personas) vivirán con ingresos por debajo de 3 líneas de pobreza: 500 dólares mensuales. La caída de la actividad económica llevará a que, al cierre de 2020, el nivel del PIB per cápita de América Latina y el Caribe sea similar al observado en el 2010, un retroceso de 10 años.
Se calcula que 2,7 millones de empresas van a cerrar debido a la crisis y necesitarán apoyo. Las medidas de distanciamiento físico necesarias para controlar la transmisión tienen consecuencias en términos de pérdida de empleos y de ingresos, un grupo particularmente vulnerable son los trabajadores informales (en su mayoría mujeres), que representan el 54 % del empleo total en la región.
Sistemas de salud
Los sistemas de salud de los países de la región, que ya estaban subfinanciados y fragmentados antes de la llegada de Covid-19, enfrentan la respuesta a la pandemia con debilidades en el ejercicio de la función de rectoría de las autoridades de salud.
El gasto público en salud solo alcanza en promedio el 3,7 % del PIB, por debajo del 6 % recomendado por la OPS como base. Una tercera parte de la población todavía enfrenta algún tipo de barrera para acceder a los servicios de salud que necesita.
De acuerdo con el informe dado a conocer este jueves en una conferencia de prensa conjunta encabezada por Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Cepal, y Carissa F. Etienne, Directora de la OPS, los altos grados de desigualdad acompañados por elevados niveles pobreza, informalidad, desprotección social y limitado acceso a salud oportuna y de calidad, explican los altos costos sociales que la pandemia está teniendo en la región. Bárcena explica que el número de informales irá en aumento, y que éste grupo tiene dificultades de acceder a las ayudas de los gobiernos por la ausencia de registro de este número de personas.
CONTROL, REACTIVACIÓN
Y RECONSTRUCCIÓN
Para enfrentar la pandemia y sus efectos de corto y largo plazo, Cepal y OPS proponen un conjunto de principios para la acción y políticas, y una amplia gama de medidas de salud, sociales y económicas a desplegarse en tres fases no lineales e interrelacionadas: control, reactivación y reconstrucción.