Marcelo Miranda Loayza
“Así, pues que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca” (Apocalipsis 3:16)
Existen momentos puntuales en la vida en que la sociedad, la justicia, la ética y hasta Dios, ponen ante nosotros situaciones que requieren una decisión certera y fundamentada en serios preceptos éticos y morales, con el fin de tomar posición ante la injusticia y el atropello. En contraposición, el mal siempre se empeñará en cegar la visión de los que no creen en DIOS (2 Corintios 4:4) para construir alrededor suyo una neblina casi impenetrable de tibieza y banalidad, donde la certeza de lo justo se diluye en la comodidad del “yo”.
La zona de confort del TSE está tomando el camino de la tibieza bíblica, donde el ego de sus principales autoridades, las cuales que se ven a sí mismas como inmaculadas y cultas, va nublando una visión de país que en estos momentos resulta necesaria. Están más interesadas en quedar bien y no despeinarse, que jugarse la vida por lo correcto y justo, lastimosamente con ello le están abriendo las puertas al mal para que regrese al país con todo lo que ello conlleva.
En principio tenemos una especie de juego del gato y el ratón entre el MAS y el Tribunal Supremo Electoral, pereciera que entre ambos procuran jugar a las escondidas en dos temas puntuales, la fecha de realización de las elecciones generales y como segundo punto el tratamiento de las diversas demandas en contra del Movimiento al Socialismo por fraude electoral. Estas temáticas hacen que entre ambas instancias exista una especie de comunicación “underground” muy extraña, por así decirlo; todo esto da como resultado una sombra de incertidumbre ciudadana en torno a la firmeza y la toma de decisiones del Tribunal Supremo Electoral. En mi percepción, creo que la sala plena de dicha instancia se encuentra prisionera de una estructura de poder que todavía le debe pleitesía a Morales, es decir, que en el juego del gato y el ratón las reglas las siguen poniendo Evo y sus amigos.
Queda más que claro la existencia de una falta alarmante de firmeza y carácter dentro del TSE, el amor hecha fuera el miedo, señala el Evangelio (1era Juan 4:18), pero para que ese amor dé frutos necesita ser firme, constante y decidido, en el caso concreto que nos atañe, el miedo en sala plana del TSE está paralizando a sus integrantes. No cabe duda que la sombra del gigante caído (Evo Morales) sigue persiguiendo al país, pero no por ello debemos ser presos de un espejismo mentiroso, de lo contrario la tibieza tiende a convertirse en cómplice, en una pieza más de la corrupción y la mentira; obviamente una decisión valiente trae sus consecuencias, no es fácil tener una posición firme junto a la verdad y la ética, pero si se sigue el camino de la tibieza de quedar bien con todos, al final solo les quedará bailar con su conciencia, la cual con el paso del tiempo será cada vez más angustiosa e incisiva. El que quiera entender, ¡¡¡que entienda!!!
El autor es Teólogo y Bloguero.
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