Necesidad de nueva Central obrera

Hace casi setenta años se fundó la Central Obrera Boliviana (COB), en momentos en que el pueblo boliviano había conquistado uno de sus más altos objetivos, la nación soberana y la democracia. Según su Programa de principios, era un organismo encargado de participar en la construcción de esa nueva etapa de la vida nacional, naturalmente sin perder de vista sus objetivos concretos. Sin embargo, pasado el tiempo, ese importante organismo perdió la orientación y abandonó la lucha por las metas que se había comprometido alcanzar. Finalmente, se convirtió en una entidad burocrática que inclusive llegó a combatir y hasta destruir los objetivos que se había señalado.

En su etapa fundacional, la COB estaba formada exclusivamente por la clase obrera nacional, llevando tras de sí a algunos sectores laborales poco definidos y con fines distintos a los señalados por el organismo matriz. En efecto, en ese proceso la antigua COB eliminó de su dirección y, aun de sus filas, al proletariado y quedó bajo control de sectores sociales vacilantes y la entidad, perdiendo su contenido progresista, inclusive cometió errores de magnitud que le quitaron su esencia política original.

Ese estado de cosas ya no pudo ser rectificado y la COB siguió invariable en un camino equivocado hasta el presente. Adoptó la ideología populista y se unció al carro utópico y anárquico del MAS, en el cual quedó convertido en furgón de cola a cambio de prebendas y ofrecimientos demagógicos. En efecto, con ofertas de ministerios, diputaciones, senaturías, cargos públicos, embajadas y regalos de viviendas, automóviles, etc., se hizo parte del partido populista inclusive a título de formar el cogobierno MAS-COB.

Pero esa alianza solo se basaba en actitudes oportunistas, ya que tan pronto Evo Morales salió de escapada, la COB decidió analizar la coyuntura política en que se encontraba para estudiar qué postura adoptar frente a la nueva realidad creada en noviembre del año pasado. ¿Qué había ocurrido con la COB?

En realidad, después de haber perdido su contenido y dirección de carácter obrero, la COB se había convertido en un organismo de gremiales, campesinos ricos, cocaleros, pequeños capitalistas, en una palabra, un organismo de pequeño-burgueses, como se dice entre algunos de sus miembros que tratan de retornar a la condición original de su fundación.

Hoy la COB es una entidad de toda clase de trabajadores, menos de obreros propiamente dichos, como estableció en su fundación. No tiene orientación histórica y marcha a la cola de un partido político de pequeños ricos, encabezados por una plutocracia corrompida que quiere volver al poder para tender la cama y destruir a la clase obrera y a la misma COB.

En ese sentido, no es difícil observar que la vieja COB se ha convertido en vanguardia de la contrarrevolución y lanza a los pequeños capitalistas y empresarios a las calles para producir una restauración del régimen agotado del masismo que opera por teléfono celular desde Argentina. De ahí que es necesario que sea refundada la COB obrera considerando la causa original y se deje la consigna de “causachun coca”.