Está dolido por la muerte de César Salinas y el “Caimán” Escobar
El cochabambino y exseleccionado nacional, además de mundialista en USA 1994, William Ramallo virtualmente venció al Covid 19, la pandemia que sacude al mundo y que el pasado 6 de julio, dos días después de su cumpleaños 57, lo "atrapó" y le dejó algunas secuelas que espera superar con el paso del tiempo. El goleador es uno de los convencidos que "vestir la camiseta de la Selección Nacional es un orgullo", que solo los que acuden al llamado pueden contar su historia.
"Con cuidado, disciplina y siguiendo todas las instrucciones médicas estamos venciendo a esta maldita pandemia que se está llevando a mucha gente, sobre todo del fútbol", dijo en las instalaciones de la escuela "Pelota de Trapo" en su natal Cochabamba donde se instaló para estar en cuarentena absoluta.
El goleador que con siete tantos fue el máximo artillero de las eliminatorias sudamericanas que en 1993 logró el pase al Mundial histórico de Estados Unidos ´94, criticó duramente la actitud de Futbolistas Agremiados de Bolivia (FABOL) por no permitir que los que sean convocados a la Selección Nacional acudan al llamado del entrenador, César Farías.
Aseguró que los derechos de los jugadores fueron rebasados por la cúpula de los agremiados con otras intenciones. "No entiendo como los jugadores permiten esto, es potestad de cada uno decidir ir o no a la Selección", dijo.
Ramallo, hoy director técnico y fundador de la escuela de "Pelota de Trapo", se mostró triste por la partida de muchos hombres del fútbol. Con voz entrecortada, dijo que el sector está desprotegido y que solo se ocupa de los temas económicos y no sociales.
"Me dolió mucho la partida de don César Salinas, el presidente de la Federación (Boliviana de Fútbol), de "Caimán" Elías Escobar un querendón de San José con el que trabajé como jugador y técnico. Este virus se está llevando a muchos conocidos, amigos y hombres del fútbol", se lamentó.
William insistió que supo de la penuria de muchas familias de jugadores y exfutbolistas, muy desprotegidos en este tiempo, donde ni se siente la vigencia de FABOL "como pasa en otros países hermanos".
"Yo fui fundador de la Agremiación, recuerdo los fines y objetivos por los que fue creado. Pasó el tiempo y no se cumple la misión, creo que más están centrados en temas económicos. Esta dirigencia que lleva mucho tiempo al frente me invitó a sumarme al directorio, pero los rechacé porque no comparto ese tipo de trabajo", agregó mientras se colocaba una chaqueta de la Selección Nacional por la caída de la tarde y el frío que también se siente en la ciudad de Cochabamba.
Refirió como ejemplo la tarea que cumple la agremiación en la Argentina, donde esa institución y la AFA dan sueldo mínimo a 2.500 futbolistas sin trabajo en este momento. "Esa agremiación es grande, tiene una serie de servicios para los futbolistas y los exjugadores, aquí no pasa nada".
Volvió a tocar el tema de la Verde. "Jugar y vestir la camiseta de la Selección Nacional es un orgullo, que futbolista en el mundo no desea vestir los colores de su país. Es también un premio a la capacidad del jugador y la posibilidad de mostrarse para cimentar un mejor futuro. Prohibirles ir a la Selección es coartar el sueño de muchos jóvenes".
En un estante lleno de trofeos, placas, camisetas, buzos y pelotas, William tiene los más gratos recuerdos de su paso por el seleccionado y aquella inolvidable clasificación. "Cuando pasan los años, quedan estos recuerdos que solo puede contar un jugador que acudió al llamado de su Selección Nacional. Si preguntamos uno por uno, seguro que nadie renunciaría a la Verde. Este es un mal y nefasto paso de FABOL que a mi parecer maneja una sola persona, David Paniagua". (TEXTO: APG, FOTO: EPOPEYA DEL FÚTBOL BOLIVIANO)