Muchas veces, en la historia de los últimos sesenta años, hubo el criterio en el pueblo de que la política partidista y la organización de trabajadores --como es el caso del MAS y de la COB-- podían ser consideradas fuerzas con una misión: defender al pueblo y no transigir ante situaciones que atenten contra sus derechos. Y que ambas entidades actuarían siempre al unísono de las urgencias del pueblo que confiaban en la posibilidad o certeza de que se luchaba contra toda injusticia, contra lo que complotaba contra su unidad y prestigio. Que eran entidades que, conjuntamente otras fuerzas político-partidistas, actuarían de consuno con la población en defensa de la nación y sus intereses. Pero lo demostrado en días pasados por la Central Obrera Boliviana y el partido político MAS --que sigue las directivas del ex presidente cocalero Evo Morales-- es lo contrario; se creía que ellos, como organizaciones político-laborales obrarían conforme a principios y normas que tienen como objetivo supremo la defensa de las libertades y derechos de todos los bolivianos sin distinción alguna. Cuánto equívoco y engaño sobre lo que solo fue mentira y apariencia, pues están muy lejos de ser servidores de la nación.
El país, más que nunca, precisa disponer de sus medios financieros para combatir a la pandemia que causa tanto daño y urgía que se destine fondos para construir hospitales y dotarlos de lo necesario; era preciso hasta construir cementerios para enterrar a víctimas del virus y urgía dinero para importar equipos especiales que permitan luchar más efectivamente contra el coronavirus que, está visto, no parará en su acción letal de cobrar víctimas que no solo llenen los cementerios sino que ocupen sitios disponibles para la agricultura y que hoy se debe invadir para enterrar a cadáveres. Y nada es posible hacer porque, por decisión de parlamentarios del MAS, el Legislativo ha decidido que no se disponga de dineros procedentes de préstamos de entidades internacionales que estaban destinados a cumplir obligaciones a favor de la colectividad. La COB, en conjunción con dirigentes masistas, bloqueó toda acción gubernamental y ha decidido una huelga que paralice todo, que no haya oxígeno ni medicamentos para combatir enfermedades, que se bloquee todo lo que disponga el gobierno porque busca que el TSE “respete el llamado a elecciones para el mes de septiembre”, cuando esa instancia ha decidido que se efectuará el proceso de las urnas el l8 de octubre que, conforme al proceso que tenga el curso de combatir a la pandemia podría prorrogarse para otra fecha.
La conducta de ambos --COB y MAS-- es, pues, contraria al pueblo boliviano y a que se combata a la pandemia, y contraria a todos los intereses de la nación que lucha denodadamente contra un mal que amenaza no tener fin. La huelga y otros hechos contrarios al bien común solamente afectarán al país y complotarán en contra de toda la colectividad; es, pues, conducta irresponsable y que merecería castigos ejemplares conforme a lo que dispongan las leyes.
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