La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo – Anapo, a través de su Presidente, Marcelo Pantoja, expresó que como uno de los principales sectores productivos del país, rechazan la acción popular interpuesta por un grupo de activistas con la intención de eliminar los Decretos Supremos que autorizan al Comité Nacional de Bioseguridad, establecer procedimientos abreviados para la evaluación de eventos biotecnológicos para el maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya.
“Vamos a defender nuestro derecho a utilizar semillas genéticamente modificadas para estos cultivos, porque necesitamos de la biotecnología para mejorar nuestra productividad y competitividad, así como para mitigar los efectos climáticos adversos y defender nuestra producción del ataque de plagas, que ocasionan cuantiosas pérdidas a nuestros productores¨, acotó.
Señaló que ven con gran preocupación cómo algunas personas y organizaciones se atribuyen una representación ciudadana, que no la tienen, para realizar acciones dañinas que pretenden impedir la mejor producción de maíz, trigo, caña de azúcar, algodón y soya, con semillas genéticamente mejoradas.
“Estos buscan bloquear el desarrollo del país, atentando contra el exitoso modelo productivo cruceño que garantiza el 70% de la provisión de alimentos para Bolivia, un modelo de producción que garantiza la seguridad y soberanía alimentaria del país, que aporta cientos de millones de dólares a través de la exportación, pero además genera empleos y con ello, una mejor calidad de vida para los bolivianos”, señaló.
Aclaró que la cadena productiva oleaginosa no se resume solo a la soya, ya qué junto con los cultivos de rotación como el trigo, girasol, maíz y sorgo, producen 4,5 millones de toneladas de granos por año, con un movimiento económico de más de 2 mil millones de dólares, que es distribuido en toda la cadena productiva de alimentos, a los proveedores de insumos, transportistas, exportadores, industrias, entre otros.
“Como principal actor de la cadena productiva más importante del país, producimos soya en la campaña de verano, y rotamos con cultivos de trigo, maíz, sorgo y girasol, en invierno; garantizamos sobradamente lo que demanda el mercado interno; generamos excedentes para la exportación, que solo en el caso de la soya representan cerca de 1.000 millones de dólares anuales; y, lo principal, cientos de miles de fuentes de empleos directos e indirectos que benefician a los bolivianos cada año considerando sectores conexos; frente a todo esto ¿cuántos empleos e ingresos generan para el país, estos grupos de activistas?”, reflexionó el Presidente de ANAPO.
Dijo que como sector productivo estarán atentos a cualquier determinación judicial que atente al derecho de los productores para utilizar la biotecnología como una herramienta que lleve a mejorar la productividad y competitividad de sus cultivos. “Como sector nos declaramos en emergencia; estos malos activistas no hacen sino, poner en riesgo la producción de alimentos para la población boliviana. Que no se llamen a engaño, de ser necesario llegaremos hasta las últimas consecuencias, para demostrar quiénes son y qué hay detrás de estos activistas que, ciertamente, están afrentando al sector agroproductivo cruceño”.
A pesar de los resultados que señalan los productores de oleaginosas, la productividad sigue siendo baja a pesar de la aplicación de semillas transgénicas, y que además apunta a ampliar la frontera agrícola, debido a esta deficiencia.
Uno de los principales objetivos de los cultivos transgénicos apunta a aumentar la productividad, pero a la fecha no muestra resultados en esta materia, según los activistas.
Además, que también atenta a la gran variedad de semillas naturales que posee el país, en el caso del maíz.