Publicidad

    



[David Foronda]

La familia de ángeles guardianes


Nunca había imaginado sentirme tan inerme y vulnerable en mi vida, como se siente quizá el grueso de la población que vive con el sudor de su frente y heroicos esfuerzos tratando de “flotar” en medio de una sociedad injusta desde siempre, conformada por gente poderosa económicamente, y una vasta mayoría sometida al anatema “el hombre es lobo del hombre”. Todo comenzó a raíz de estas “pandemias” que hoy sacuden al mundo y lo han puesto patas arriba, algo de lo que ningún país se ha podido librar.

Si hasta antes de lo que ahora acontece nunca habíamos pensado seriamente sobre nuestro sistema de salud, tuvo que ser la cruda realidad la que de golpe y porrazo surja ante nosotros para que veamos sus miserias y limitaciones, herencia de los gobiernos pasados que siempre descuidaron la salud, educación, la cultura y el deporte, pero principalmente lo sanitario. Al igual que decenas de millares de gentes, peregrinando por atención médica, postrado en cama a raíz de una fulminante neumonía, en mi caso fue casi imposible lograrla. Puede decirse que “escaseaban” enfermeras y galenos. Fue a partir de la atención que logré en el Consultorio de la CNS, en la Plaza Murillo, luego de bastante esfuerzo, donde se me tomó una radiografía y derivó al Hospital Uría de La Oliva para internación, que mucha agua corrió bajo el puente, pudiendo comprobar que aquello de “aproxímese a un centro habilitado, le tomarán pruebas, y de ser necesario será aislado y comenzará su tratamiento”, nunca funcionó. En el nosocomio, luego de intentos para ser atendido finalmente lo que hicieron fue “consulta virtual”, ya que desde la precaria oficina de recepción me preguntaron mis datos personales, síntomas, dolores, para recién tras un par de días tener el “privilegio” de acceder a una revisión médica que ni siquiera duró cinco minutos, y pese a la orden de internación así como la pertinente radiografía, y maltrecha presencia física, exclamaron: no hay necesidad de internarlo, además no hay camas, extendiendo solo una orden para la entrega de tres inyectables y algunas píldoras y cápsulas. Era cuasi como estar condenado a una muerte lenta, pues nadie se da abasto en estos centros médicos.

Entonces crece la aflicción familiar, hacen falta recursos, se tiene que buscar un médico sí o sí para un diagnóstico que pueda ser realizado en casa soportando una machacona fiebre que devora la vida, impide conciliar el sueño, comer y darse cuenta de lo que pasa alrededor, pero, nada detiene a ¡la familia! Sin claudicaciones y dubitaciones todo lo vence al final. Claro que los gastos, erogaciones, se multiplican, pero ¡hace todo para salvar una vida! Galenos que se resisten a atender en casa, pues tienen temor a un contagio, otros que no tienen tiempo, los más absorbidos en hospitales y nosocomios, en fin, se hace imposible lograr su presencia. Se trata de la lucha por la vida contra la muerte. A todo ese negro y desgraciado panorama se suman las cuarentenas brutales que impiden desplazarse; afanes de bloqueos, cerco a las urbes, desabastecimiento de alimentos, etc. ¡Todo ello sólo es superado por una inquebrantable y férrea voluntad de la familia de ángeles guardianes! Mi eterno cariño a mi núcleo familiar, esposa e hijos, por su abnegada y estoica lucha para mantenerme con vida.

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (799 Kb)      |      



Caricatura

 
Publicidad