Vencer la crisis económica con parte de ahorros en las AFPs

Si sufrimos una crisis económica hasta noviembre, con la invasión mortal del coronavirus se incrementó gravemente. Los problemas aumentaron, la iliquidez financiera se hizo notar con mucha fuerza y la no disponibilidad de créditos logrados en organismos internacionales, dio proporciones inesperadas a la crisis que en el día a día se fue agravando. El gobierno, ante falencias dejadas por el anterior régimen por los gastos irracionales e irresponsables en que incurrió durante casi catorce años, se vio impelido de adoptar medidas de urgencia y, para paliar en alguna forma la situación difícil de la población -en especial de los más necesitados-, de los que percibían sueldos o jubilaciones bajas, creó bonos que, si bien aliviaron en algo la situación, no alcanzaron a cubrir ni lo más necesario.

En muchas entidades e instituciones surgió la posible salida, siquiera en parte: recurrir a los ahorros; pero, no todos lo tenían. Sin embargo, existen los ahorros en las APFs que llegan a cuantiosas sumas y que, así sea en parte y sin afectar los sistemas de jubilación, podrían aliviar la situación: que cada ahorrista, sobre la base de lo ahorrado -que las AFPs deben tener debidamente registrados- pueda retirar entre el 25% y el 30% del monto que figure en su cuenta y el saldo, un 70% o 75% quedar intocable para atender las demás obligaciones y las inherentes al funcionamiento del sistema. Estos retiros serían el remedio para toda la población porque la recepción extra que significan esas devoluciones implicarían la solución de muchos problemas y, además, disminuirían las preocupaciones del gobierno que, como es lógico, seguramente se ve precisado de mucho circulante para atender la serie de compromisos que demanda la lucha contra el mal del virus que, con seguridad, no cesará en su acción mortífera de causar más contagios y muertes.

Esta medida de utilizar los ahorros, que no es concesión graciosa o gratuita, ya ha sido adoptada por varios países (último ejemplo, Chile) y con mucho éxito porque los ahorros, conforme a normas, estaban intocables y su disponibilidad inmediata dependía tan sólo de una resolución para que toda la red bancaria, en base a listados proporcionados por las AFPs pueda iniciar los pagos en base a nóminas por orden alfabético u otro medio rápido, comprensible y eficaz para el banco y para el beneficiario. Se debe entender que, por las mismas normas que establecieron la creación de las AFPs, nadie pudo disponer ni un centavo de esos dineros, destinados única y exclusivamente a cubrir jubilaciones y urgencias y necesidades de los ahorristas.

Muchas veces, durante el gobierno masista, circuló la versión de que “el gobierno del presidente cocalero habría dispuesto de los depósitos ahorrados en las AFPs; llegaron los desmentidos a la par de las insistencias hasta que todo quedó en el “pozo de los olvidos o de los descuidos de conveniencia”, que el actual gobierno, con la mayor celeridad debería establecer qué de cierto hay en lo supuesto sobre disponibilidades arbitrarias o de otro tipo, porque se entiende que deben haber tanto las explicaciones como la documentación precisa al respecto que, por otro lado, deben ser de conocimiento pleno de las administradoras de esos medios financieros.

Hasta ahora, nueve meses de gobierno, es muy extraño que las autoridades no hayan hecho declaraciones claras y precisas sobre la situación de las AFPs, de los montos que administran, de las inversiones realizadas, de los saldos existentes, de las cuentas por aportes que estén pendientes de pago y, especialmente, informaciones terminantes sobre comentarios y criterios habidos sobre utilización indebida de lo que no debía tocarse y menos disponer arbitrariamente.