Parte III
Observación No. 2 (COMCIPO).-
b. “Al respecto, se ha manifestado que la participación de la empresa alemana, ACISA, en esas actividades de la cadena no implica que ésta tenga el control de las mismas por cuanto YLB tiene el 51% de las acciones y ACISA el 49%. Sin embargo, la mayoría accionaria no se cumple en la práctica debido a que para que el directorio de la E.M. sesione y tome decisiones se requiere la participación de al menos un miembro del socio minoritario de la misma, lo cual se traduce en una suerte de veto de la empresa alemana en la E.M.”.
Respuesta (GOBIERNO).- “La participación accionaria y por ende la distribución de utilidades en la E.M., está claramente determinada en el DS 3.738 en 51% YLB y 49% ACISA.
Dado que para un buen gobierno corporativo la toma de decisiones estratégicas al interior de la E.M. debe ser realizada por consenso de partes para asegurar un eficiente proceso de coordinación de los aspectos operativos, comerciales y financieros.
Sin embargo, es decisión del gobierno plantear al socio la complementación de este artículo que permita agiles mecanismos para la toma de decisiones”.
Réplica (COMCIPO).- La respuesta no es satisfactoria. Existe un mar de diferencias entre la posición gubernamental, claramente entreguista para con el socio minoritario, y la posición de COMCIPO, de defensa intransigente de nuestros recursos estratégicos. Mientras que para COMCIPO la mayoría accionaria debería traducirse no solamente en la participación accionaria y distribución de utilidades, sino también en el control de la empresa mixta, para el gobierno este último tema resulta siendo un punto prácticamente irrelevante. Bajo la premisa de asegurar un “buen gobierno corporativo”, se entrega en bandeja de plata un peligroso “poder de veto” a ACISA para que, en la eventualidad de que surja alguna discrepancia entre ACISA y YLB --que muy bien pudiera darse a lo largo de los 70 años de vida de la empresa mixta-- ACISA, en su condición de socio minoritario, pueda instruir a sus dos representantes en el órgano máximo de dirección de la E.M., por ejemplo, no asistir a alguna reunión de directorio o abstenerse de votar en algunas propuestas planteadas por YLB, dejando al directorio sin quórum o sin capacidad de tomar decisión alguna. Por los argumentos expresados líneas arriba, nos resulta difícil creer que los encargados de negociación del DS 3.738 por parte del gobierno nacional no se dieron cuenta de que la equivocada regla del consenso forzado establecida en forma implícita en los Artículos 41 y 44 del Estatuto del DS 3.738 termina favoreciendo mucho más al socio minoritario que al mayoritario, en desmedro de los intereses nacionales. Pero, lo más grave de todo es que, aparentemente, para el gobierno estas reglas de juego deberían ser todavía mucho más flexibles para facilitar la toma de decisiones, aspecto con el cual COMCIPO no podría estar en mayor desacuerdo.
Observación No. 2 (COMCIPO).-
c. “Cabe aclarar que según el Acápite 1.3 del anexo Garantías de Venta y distribución, ACISA-YLB garantiza que de la disponibilidad de hidróxido de litio de 30.000 toneladas anuales, aproximadamente 5.200 toneladas/año de hidróxido de litio se destinarán a la empresa mixta de materiales catódicos en Bolivia, bajo condiciones de mercado, lo que significa que el 83% de hidróxido de litio producido por la empresa mixta será exportado a Europa (y Alemania), quedando un margen muy limitado para la industrialización del litio en el país”.
Respuesta (GOBIERNO).- De todas las propuestas recibidas para la Fase III Industrialización de la Salmuera Residual de Uyuni, la presentada por la empresa alemana ACISA fue la que ofrece las mejores condiciones para Bolivia, por lo que consideramos que la capacidad de la planta de baterías planificada (8GW-hr, y actualmente elevada a 10 GW-hr) es altamente beneficiosa para el país y la mejor alternativa por contar con un mercado asegurado.
Si todo el Hidróxido de Litio producido, 30.000 toneladas, se sintetiza para producir material catódico para baterías de Litio tendríamos una megafábrica de casi 45 GWh con material catódico NMC 811, con lo cual al 2023 seríamos la tercera fábrica más grande de baterías a nivel mundial y el mercado para nuestras baterías no estaría asegurado; esto sin mencionar la logística para la gran cantidad de insumos que se requerirían importar para esta gigantesca producción; además que las cantidades de precursores de sulfatos de Mn, Co y Ni no alcanzarían a ser satisfechas por la minería boliviana y se tendrían que importar, haciendo que este proyecto no sea factible económicamente y pueda fracasar.
Aun una planta de 10 GW-h obliga a un enorme esfuerzo productivo y es un desafío para evitar la importación de todos los insumos.
Para producir los 10 GW-h propuestos por ACISA, se requerirá 6.000 toneladas de hidróxido de litio, además de una gran cantidad de precursores e insumos que involucra dicha producción.
Al respecto, COMCIPO exige el procesamiento de la totalidad del hidróxido de litio para la fabricación de baterías en Bolivia (30.000 toneladas); esto significaría construir una planta de 46 GW-h, aspecto que inviabilizaría el proyecto debido a la imposibilidad técnica y logística para la provisión de precursores e insumos, en especial del escaso y caro Cobalto, además de no contar con el mercado asegurado para este tamaño de planta.
Precisamente para cumplir con la exigencia de YLB de contar con un mercado asegurado en Europa, ACISA ha propuesto un tamaño razonable para la Planta de Baterías (10GW-h), lo contrario significaría intentar comercializar un eventual exceso de producción de baterías en mercados extremadamente competitivos como los de Norteamérica y Asia, aspecto que ha sido desestimado por las otras propuestas recibidas de empresas Chinas y de otros países que no aseguraban cubrir el mercado para baterías no fabricadas en su país.
Esta situación explicaría los intentos fallidos de Samsung en Chile y de JEMSE en Argentina de implantar fábrica de baterías de litio en sus respectivos países, justamente debido a estos factores de competitividad en el mercado mundial, agravados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China que está deprimiendo los precios del carbonato e hidróxido de litio.
En la actualidad, las plantas más grandes del mundo están por el orden de los 25 GW-h, como es el caso de TESLA y 10 GW-h de CATL; nuestra planta de baterías de 10 GW-h estaría situada entre las 15 a 20 más grandes del mundo y permitirá energizar, un promedio de 250,000 vehículos al año Adicionalmente, la propuesta de ACISA contempla un esquema modular, que permitirá ampliar la capacidad de la planta en función a las previsiones de crecimiento del mercado.
Por otra parte, el hecho de tener una importante producción disponible de hidróxido de litio, permitirá a la E.M. el desarrollo de otros productos de igual o mayor agregación de valor que las baterías de litio, tales como el litio metálico aspecto incluido también en su propuesta.
La observación de COMCIPO demuestra un absoluto desconocimiento de la industria y el mercado mundial de baterías de ion Litio.
Réplica (COMCIPO).- Es importante empezar indicando que el acápite del Anexo técnico del DS 3.738 señalado en la observación representa la única referencia específica en dicho instrumento legal al proceso de industrialización que el gobierno planearía emprender a través de una empresa subsidiaria de materiales catódicos aún no creada. En este contexto, nuestro comentario se limita a sostener que el porcentaje de hidróxido de litio asignado a este cometido (17%) nos parece bajo. En consecuencia, el gobierno falta a la verdad al afirmar que COMCIPO exige el procesamiento de la totalidad del hidróxido de litio para la fabricación de baterías en Bolivia. La opinión pública debe saber que el éxito de cualquier proceso de industrialización depende de al menos tres factores: mercado, tecnología y recursos humanos calificados. En relación con el mercado, el gobierno solamente menciona que tiene mercado asegurado en Europa para una planta de 10 GWh de capacidad y que cualquier esfuerzo de industrialización por encima de este límite podría enfrentar no sólo problemas de comercialización a nivel internacional sino también de abastecimiento de insumos en el plano doméstico con implicaciones para su viabilidad económica. Pero, ¿qué garantía de mercado podría ofrecer una pequeña empresa alemana que el año pasado se dedica principalmente a la distribución de paneles solares fotovoltaicos? ¿Presentó alguna evidencia concreta de contratos de venta a futuro de baterías de iones litio a compradores específicos en Alemania o Europa? ¿En qué información se basó YLB para adjudicar nada menos que la industrialización del litio a ACISA? Dados los problemas logísticos que implicaría la comercialización de baterías, por ejemplo, para vehículos eléctricos que en este momento representan la principal fuente de demanda para el hidróxido de litio en mercados lejanos como el europeo, ¿por qué no se pensó en la posibilidad de vender una parte de esas baterías en el mercado latinoamericano? Respecto a la tecnología, en su respuesta, el gobierno deja entrever que el material catódico a producirse será del tipo Níquel-Manganeso-Cobalto (NMC) 811 que se encuentra hoy por hoy en la frontera tecnológica de las baterías de iones de litio en el mercado. Sin embargo, no da cuenta de ninguna patente obtenida por ACISA para avanzar en esta dirección, lo que una vez más pone en cuestión su verdadera capacidad técnica para asumir este desafío. Finalmente, el gobierno no muestra con qué recursos humanos calificados cuenta ACISA en el rubro específico de producción de baterías de iones de litio. Al respecto, en su página web, ACISA no presenta a ningún experto interno o externo especializado en esa área. Pero, volviendo al punto focal de nuestra observación, resulta claro que las 5.200 toneladas de hidróxido de litio serán insuficientes para la producción de 10 GWh de baterías de iones de litio. En efecto, considerando que, según una reciente publicación científica (4), 1 kWh de capacidad en una batería de iones de litio con material catódico del tipo NMC 811 requiere 0.111 de litio de contenido metálico, lo que se traduce en 0.67266 Kg de hidróxido de litio monohidratado (LiOH. H2O), se estima que con las 5.200 toneladas de LiOH monohidratado se podrá obtener solamente 7.7 GWh de capacidad en baterías de iones de litio, lo que significa un 23% menos de lo que el gobierno establece en su respuesta a nuestra observación. Al parecer, YLB se dio cuenta en forma tardía de su equivocación, por lo que en su contestación a nuestro cuestionamiento habla de 6.000 toneladas/año de LiOH que serían destinadas a la producción de baterías cuando el DS 3738 sólo se refiere a 5.200. Adicionalmente, manifestando su total ignorancia respecto a las futuras tendencias de mercado y tecnológicas de baterías de iones de litio con material catódico del tipo NMC 811 para vehículos eléctricos, argumenta que los 10 GWh de capacidad de la planta de baterías alcanzarán para energizar 250.000 vehículos eléctricos, lo que significaría una capacidad energética promedio de apenas 40 kWh por vehículo eléctrico, muy por debajo de la capacidad promedio de las baterías (60 kWh) de los vehículos eléctricos más avanzados en China.En estas circunstancias, nos preguntamos: Quién estará demostrando un absoluto desconocimiento de la industria y el mercado mundial de baterías de iones de litio, ¿no?
(4) Véase: Elsa A. Olivetti, Gerbrand Ceder, Gabrielle G. Gaustad y Xinkai Fu, “Lithium-Ion Battery Supply Chain Considerations: Analysis of Potential Bottlenecks in Critical Metals”, Joule, 229-243, octubre 11, 2017.
N de R.- El texto completo de este artículo estará disponible a partir de mañana en nuestra edición digital.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |