El sábado hubo un homenaje virtual al deportista.
El sábado 29 de agosto el legendario Rodolfo Aliaga recibió cristiana sepultura, fue el momento en que se le rindió homenaje y donde algunas personas, como el caso del profesor Erland Ortecho, con quien jugó el último partido y se despidió, lo recordaron con aprecio.
“No hay palabras para definir a Rodolfo Aliaga Saravia, más conocido como Rodito, quien ha sido el ícono más grande del basquetbol nacional, uno de los mejores voleibolistas de este país, y ha incursionado en el fútbol con éxito, lamentablemente por un problema de columna, que generalmente todos los basquetbolistas adolecen, el no pudo seguir”, dijo en primera instancia el entrenador, quien agregó que “Rodolfo con esa imagen de gentleman, caballero, de un hombre tan disciplinado, respetuoso, incluso por esas cualidades y manera de ser recibió un premio en Francia, espectacular”.
Recordó que Aliaga dio todo de sí por Ingavi, pero a su juicio, no se puede hablar del gran deportista, sino es refiriéndose al club Ingavi, también al Colegio La Salle y a su gran relación con el profesor Roberto Ayllón Chávez, más conocido como el “Negro”.
“La historia siempre va a hablar de un quinteto fabuloso donde el número uno, era Rodolfo Aliaga, quien jugó con el ‘Canguro’ Pabón, con Jorge Jauregui, Carlos Fernando del Pozo, y, estamos hablando de grandes jugadores de la década del 40, jugó con el famoso ‘Lungo’ Mario Galindo, es una historia tremenda porque fue el primero de la nueva era ingavista que abrió la senda del ‘Chuncho’ Verduguez, el ‘Loro’ Rodriguez, ‘Pocho’ Pozo y ‘Pichicho’ Nuñez del Prado, ese quinteto dio vueltas por todo el territorio nacional, donde la esencia del deporte era el occidente, con la base importante de La paz, Oruro y Potosí, complementado por Cochabamba que le dieron la gloria del basquetbol”, apuntó Ortecho.
Aliaga fue parte de varios quintetos de Ingavi que jugó en varios quintetos sudamericanos, apuntó el Director de Deportes de la Universidad Tecnológica Boliviana.
Por eso y todo ello, recordó que fue sentido el homenaje que se le realizó a Aliaga el día de su sepelio, “se hizo una misa en zoom donde participaron al menos unas cien personas, se le hizo un homenaje que en tiempos normales hubiera sido apoteósico porque Rodolfo se merecía y se lo merecerán los otro cuatro que quedan, porque Rodolfo era el mayor, y, la familia ingavista sigue vigente”.
Con emoción, Ortecho recordó el día que Aliaga jugó su último partido, en el club Roberto Ayllón Chávez (RACH), cuando se realizó un cuadrangular con Nonis de Santa Cruz, Universitario de Tarija, Ingavi de La Paz y RACH también de esta ciudad.
“Yo tuve el orgullo de jugar joven al lado de un crack como él y segundo de ser un joven entrenador y dirigirlo en su última temporada basquetbolista (1977)”, afirmó.
A tiempo de mencionar que Aliaga se fue como un grande y será difícil de emular a un ícono del deporte boliviano.