El padrino y el ahijado: de tal palo, tal astilla

No todas las veces pienso correctamente y muchas veces me equivoco en la lectura de ciertas actitudes. A lo que me refiero es a que en mi supuesto imaginario consideraba que el padrino de una sórdida aventura socialista era Pablo Iglesias, y el ahijado vendría a ser el “cándido” Evo Morales, estirpe moral de una cultura milenaria.

Nada más alejado de la verdad; era el mismísimo Evo Morales el padrino de Pablo Iglesias, un personaje conocido de la política española. Si consideramos padrino a la persona cuya función, al margen de su labor esencialmente cristiana, es asistir moral, económicamente, al ahijado, procurando de manera congruente que este mismo lleve una vida inspirada en su buen ejemplo y su buena conducta; veremos que tal consideración tiene en la relación Morales-Iglesias, un matiz esencialmente rojo e intenso en el ámbito político.

La estrecha conexión entre el MAS y Podemos tiene su génesis en el año 2006, cuando en Bolivia se pone en marcha una operación de «ingeniería social», para cambiar su identidad nacional y dividirla en pequeñas etnias indígenas, fáciles de dominar y de manipular para luego crear un nuevo «Estado Plurinacional», mientras Íñigo Errejón y Pablo Iglesias publican su proyecto boliviano y manifiestan abiertamente su deseo de implementarlo en España.

La retórica recalcitrante y los aforismos exultantes se repiten de manera paralela – claro está que no pueden ser diferentes si son relaciones de padrinazgo.

Iglesias se estrella acremente contra lo que él denomina la “casta” dominante, “mientras Evo exaspera el ánimo indígena contra un segmento de la población a la que denomina “k´aras”. ¡Vaya manera de estigmatizar y generar odio a quienes no están en su línea!

Estas eran las declaraciones encendidas e indignantes de Pablo Iglesias sobre el sueldo de los políticos en España, que le espetaba al entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera:

“Me parece una cosa vergonzosa. Que un diputado se pueda meter seis mil quinientos euros en la cuenta cuando la mayor parte de los ciudadanos de su país no llegan a mil, me parece una barbaridad”. Por otro lado, el caudillo indígena Morales sostenía con bastante énfasis que los vende patria, imperialistas y racistas “k´aras” no volverían a embolsillarse la plata del Estado e iban a ser los indios los que fiscalicen todo ello.

Morales aprovechaba cualquier presencia pública para reiterar de manera insistente su origen humilde y sus raíces indígenas, identificándose plenamente con los más desfavorecidos.

Análogamente, el podemista Iglesias sustentaba la modestia de su clase, evidenciando su residencia en Vallecas (un barrio obrero), el cual jamás cambiaria y censurando las viviendas de 600 metros de habitabilidad de la casta fascista.

Los paralelismos son muy similares, tanto en la forma como en actitud. Si mencionamos la incitación a la violencia; tanto Evo como Iglesias muestran sus atributos; éste último pedía disculpas por no poder romper la cara a los fachas, para luego invitar en fin de semana a una cacería a los mismos. Al otro lado del océano, el cocalero iniciaba una cacería a los opositores de su gobierno, calificándolos de fachas sediciosos. Y qué se puede decir, en materia de políticas sociales las similitudes son idénticas. “Ser demócrata es expropiar, pese a quien pese”, afirmaba el líder de Podemos y Evo Morales amenazaba con expropiar un millón de hectáreas, promulgando en 2006 la ley de ‘Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria’, que ordena examinar la legalidad de la propiedad de tierras, así como expropiar las que no estén en producción para repartirlas entre indígenas y campesinos.

Las similitudes también se dan en materia romántica. ¿Será que Cupido también se ha visto envuelto en entuertos comunistas?

Iglesias giró su vida sentimental en torno a tres parejas; Evo, “magnífico semental andino”, lo hizo de manera semejante; aunque habría que recalcar que ignoramos las que no se han hecho públicas y que dan la sensación de haber sido muy productivas. Sin embargo, existe una circunstancia en la que Evo Morales destaca y con nota sobresaliente, sin encontrar réplica en Iglesias y esa es la pedofilia, una perversión sexual censurable, desde cualquier punto de vista equilibrado, y mucho más deplorable en un dignatario de Estado.

La guinda a la torta de esta columna (por el cual califico a Evo Morales como el padrino), está sustentada en la financiación ilícita de 1.148.134 euros a Podemos que habría articulado un sistema opaco de contratos con la consultora mexicana Neurona Consulting para esconder un desvío masivo de fondos para ayudar a la difusión del comunismo en Europa.

Hecho que está siendo investigado en España y permanece adormecido en Bolivia.

La incongruencia y el cinismo de ambos personajes (irónicamente “paladines de la justicia”); se ven claramente plasmados hoy en las sendas mansiones a todo lujo en las que viven; con dinero a manos llenas y sobre todo privilegios no merecidos de los que gozan, mientras el resto de los mortales amarramos las necesidades a una impotencia impuesta. Con sarcasmo criollo, permítanme decir: ¡Honor y gloria a Iglesias, “Marqués de Galapagar”! ¡Honra a Morales el “Túpac Katari del Siglo XXI”!