La Gobernación, la Alcaldía y el Gobierno Central constituyen el COED (Comité Operativo de Emergencia Departamental de La Paz) órgano de decisión que parece no estar a la altura de una lucha efectiva contra la Covid. Hospitales sin el equipamiento adecuado, falta de laboratorios para testeo de la Covid 19, poco personal sanitario capacitado, escasez de indumentaria de bioseguridad, etc., determinan el incremento de decesos por día.
Anuncios anticipados para el rastreo de casos de contaminación dio resultados fuera de las expectativas creadas por la abundante publicidad desplegada. El rastreo solamente cubrió espacios reducidos de la ciudad con limitadas pruebas rápidas. Después de las tres primeras jornadas el alcalde Luis Revilla hizo promesa de enmendar las fallas y omisiones incurridas, calificando no obstante de exitoso el cometido. En cambio, los rastrillajes realizados en Santa Cruz, El Alto, Oruro, entre otros, registraron buen desempeño, mayor cobertura y mejor organización. Según Ramiro Narváez, Director del SEDES, en la segunda fase del rastrillaje se detectaron 2.693 casos de Covid 19 y se tomaron 4.600 pruebas rápidas, habida cuenta de las escasas visitas.
La mencionada tríada decisoria no logra superar las deficientes condiciones sanitarias de la urbe ni de las provincias. Los tres hospitales municipales --casi los únicos que atienden pacientes del Covid 19-- han sido adaptados para combatir la pandemia. Estos son el hospital de la Portada, el de Cotahuma, a los que por expresión del alcalde se incorporaría el de Los Pinos, reuniendo alrededor de 160 camas, añadiendo además algunas decenas de El Alto. Estas dos ciudades juntas de unos 2 millones de habitantes, no se comparan con las 500 camas equipadas que alberga Santa Cruz. Ciertamente una realidad vergonzosa.
Increíble es que el Hospital de Clínicas de Miraflores carezca de un laboratorio propio para el testeo PCR, ni de una planta propia de oxígeno, recurso éste inexistente en el resto de hospitales y tampoco lo tienen las principales clínicas privadas. Todos se proveen desde Santa Cruz, pues la planta de Palcoco, fuera de la ciudad, parece producir poco. La misma falencia ocurre en los hospitales de El Alto. No obstante, las dos máximas autoridades departamental y municipal, respectivamente, no dejan percibir inquietud en orden a obtener del Ministerio de Salud la dotación de este tipo de medios sanitarios.
Acerca de los 170 respiradores de procedencia española, aunque incompletos y deficientes, si La Paz recibió una docena debe ser mucho, mientras el interior, empezando por Santa Cruz, recibió decenas. Lo propio ha debido ocurrir con los respiradores chinos, denunciados a nivel nacional como ineficientes. Esta historia debe repetirse acerca de los respiradores donados por Estados Unidos que, según USAID, los viene asignando desde varios días atrás. El mismo organismo informa que dichos instrumentos beneficiarán a 104 hospitales del país que reúnan “condiciones técnicas”. ¿Con cuántos hospitales de estas características cuenta La Paz?
El país ocupa el segundo lugar por muertes de médicos en toda América Latina, siendo 140, según señala el Colegio Médico de Bolivia, éstos sumados a otros profesionales de la Salud, enfermeras y personal de servicio, superarían los 400 fallecidos del ramo, registrando el 2.69% del total de fallecidos por Covid. Esta alta tasa de letalidad está precedida por Venezuela y tercero es Ecuador con una registro de 1.2% y 80 galenos abatidos por Codiv 19. Estas diferencias son notables. El sector médico señala que la causa de tan lamentable suceso se debe a contagios de pacientes de Covid 19 por falta de dotación de material de bioseguridad. La provisión del insumo le corresponde a la alcaldía que tiene a su cargo los hospitales aquí nombrados. En La Paz los contaminados por día llegaron a 500 últimamente y es tan grave en nuestro distrito porque conlleva hasta 33 fallecidos cada jornada con un promedio de 25 muertes diariamente.
Semejante escalada no puede ser contenida debido a las deficiencias señaladas. Es tiempo que el SEDES recobre personalidad ante las autoridades superiores del Gobierno a fin de hacerse oír y reclamar por lo que en derecho le corresponde al departamento en esta grave emergencia. Confrontamos un cuadro desolador, pese que el personal médico hace cuanto puede, pero con frecuencia tiene las manos atadas por tanta falencia insalvable hasta ahora. Es cierto que la situación tiene una alta cuota en los catorce años de postergación de la salud a los rangos más bajos de la inversión pública. Sin embargo, la actual administración errática y de algo oscuras actuaciones en la materia, tiene su parte en el desastre.
Otro capítulo importante toca a la información. Si no se tuviera el aporte del Ministerio de Salud en el tema, la paceñidad quedaría en la más absoluta oscuridad sobre la situación pandémica en el departamento. Ni el SEDES ni la alcaldía ofrecen la información que les corresponde. El Observatorio Municipal Covid, se encierra en su sibilina página web a la cual no todos tienen acceso. Este módulo municipal ignora a los medios de comunicación como vía informativa más directa, en contraste tanto con los SEDES del interior como con sus gobiernos municipales, órganos que emiten puntuales partes sobre la evolución de Covid en sus distritos. Esta función debe cumplir la alcaldía para la ciudad de La Paz y el SEDES para las provincias. Nunca se sabe algo de los contagios y demás detalles de las provincias paceñas.
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