Tragedia electoral

Estamos los bolivianos a días de las elecciones para elegir a los que gobernarán el país los próximos cinco años, tal como determina la Constitución Política del Estado, es decir la norma suprema que rige la organización y desarrollo del Estado, en una situación social excepcional debido a la pandemia del “corona virus” que está afectando gravemente a la salud de los ciudadanos y de su economía.

Otra de las características de este evento de consulta a la ciudadanía sobre quién gobernará y cómo quiere ser gobernada, es la debilidad de los partidos políticos que en algunas candidaturas son inexistentes, debido a la crisis estructural de los partidos políticos que fueron sistemáticamente demolidos durante los catorce años del anterior régimen de gobierno populista, que persiguió y exilió a los dirigentes de partidos opositores.

Lo preocupante de la situación en la que se efectuarán las elecciones próximas es la situación de división y pugnacidad de la sociedad boliviana, entre una mayoría ciudadana que quiere democracia y que se movilizó para lograr la renuncia del anterior presidente y su abandono del país, y una minoría movilizada, bien financiada y organizada que busca el retorno al poder luego de catorce años de gobierno continuo, en el que se hizo uso y abuso del poder.

El ex gobernador del departamento de Tarija y que estuvo varios años exiliado ante la persecución desatada contra las autoridades elegidas por el voto opositor al régimen populista, Mario Cossío Cortez, hizo conocer que deja su respaldo a una de las varias candidaturas contrarias al populismo de izquierda, en procura de la unidad para evitar una “tragedia electoral” que sería el retorno del populismo al poder.

No cabe duda que sólo la unidad en torno a una candidatura fuerte, evitará la dispersión del voto y el retorno del autoritarismo, esta vez como lo sentenció el caudillo populista: “para toda la vida”. La mayoría de nuestros compatriotas demanda la unificación de quienes pregonan ser demócratas, pero de no ser así, entregarían el poder, una vez más, al autoritarismo.

Estamos todavía a tiempo de conformar una sola candidatura, fuerte, sólida que tenga el respaldo mayoritario del pueblo boliviano, que pueda enfrentar la grave situación económica que viene, debido al despilfarro heredado del pasado gobierno y la crisis sanitaria que nos afecta, pero para esa finalidad es necesario el renunciamiento de las varias candidaturas, en bien de nuestra Patria, que merece mejor destino.

El autor es Abogado, Politólogo y escritor.