Don Melchor Pinto fue, seguramente, el primer gran líder cruceño que durante el siglo pasado fue seguido por multitudes que apoyaban la demanda de Santa Cruz por el pago de las regalías del 11% que el gobierno de entonces –y las administraciones anteriores– no habían cumplido, pese a la ley aprobada por el presidente Germán Busch en 1938. El Dr. Pinto fue un líder regional, cruceño de cepa, que no pretendió trascender a lo nacional, que no tuvo aspiraciones que fueran más allá del bienestar de su terruño.
El presidente Busch fue un héroe guerrero, salido con laureles y desencantos de la campaña del Chaco, que llegó a la jefatura del Estado a través de un golpe militar al coronel Toro, que había sido su mentor y que lo había comprometido en anteriores conspiraciones. Busch fue un soldado, no un político. Tenía condiciones de líder nacional, pero que no se pudo probar en una elección presidencial. Su temprana y hasta ahora incierta muerte, nos privó de saber cuál habría sido su destino en la historia de Bolivia.
Mario Gutiérrez Gutiérrez, el indiscutible jefe de FSB, fue otro de los grandes líderes cruceños del siglo pasado, pero, en este caso, ya hablamos de un caudillo de corte nacional. Heredero de Únzaga de la Vega, muerto trágicamente, Mario Gutiérrez era dueño de una gran formación política, jurídica, y de una elocuencia vibrante, lo que provocó que fuera aclamado en todos los lugares del país. Es decir que Gutiérrez trascendió de Santa Cruz y llegó a ser senador por el departamento de La Paz, además de candidato presidencial con muchos votos en el occidente, pese a que entonces el gobierno imponía su papeleta de color rosado en todas las mesas y además los “compañeros” manipulaban a su gusto lo que les convenía. Como canciller, fue el visionario que aconsejó al presidente Banzer a la venta de gas al Brasil, que se plasmó en los convenios de 1974.
Carlos Valverde Barbery fue otro de los grandes líderes cruceños (aunque fuera beniano), valiente hasta la temeridad, de fogoso discurso, no solo fue importante en las luchas cívicas, sino que peleó por una Santa Cruz de plena autonomía con ideas que rozaban el separatismo. Fue por esos motivos, por su espíritu regionalista, un político camba reñido con el occidente y, por tanto, sin posibilidades de ganar votos en las regiones andinas.
Don Ñuflo Chávez Ortiz, el Ing. Percy Fernández, José Ortiz Mercado, y el propio Luis Sandóval Morón, tuvieron liderazgo en el departamento, aunque en el caso de Ñuflo Chávez llegó a ser ministro y vicepresidente de la República, lo que lo muestra, con José Ortiz, como personalidades que trascendieron más allá del campanario. Hubo otros líderes cruceños que sobre la marcha no logro recordar.
Para que sepa la juventud de hoy sobre todo, Hugo Banzer Suárez, fue, sin ninguna duda, el político cruceño que más logros obtuvo en el Siglo XX. Ha sido el único oriental que ha ganado dos elecciones presidenciales y que llegó al poder por el voto. Y todo luego de sus años de dictadura, que le trajeron grandes enemistades, aunque también afectos. Ganó el primer lugar en La Paz y Cochabamba en 1985. ¡Vaya éxito del chiquitano! Y en 1997 quedó en segundo lugar en La Paz, pero volvió a ganar en Cochabamba, y también en Oruro, Chuquisaca, Beni, Pando, siendo segundo en Potosí y Santa Cruz. Curiosamente, Banzer no ganó nunca en nuestra capital y en 1997 perdió el triunfo por un escaso punto. Banzer, que era un soldado sin estudios políticos ni económicos, debatió dignamente con Paz Estenssoro, Jaime Paz, Sánchez de Lozada y otros candidatos, los años 1985, 1989 y 1993.
Así que eso de que un cruceño no pueda ser presidente de la República no es cierto. Son pamplinas. Lo que falta en este país es leer bien la historia y no oír solo lo negativo. Nada se regala en política, porque, para llegar a la Presidencia, Banzer participó de las elecciones de 1979, 1980, 1985, 1989, 1993 y 1997. ¡Seis elecciones consecutivas! Y siendo ganador en los comicios de 1985 firmó, sin embargo, el Pacto por la Democracia con Paz Estenssoro para que fuera posible aplicar las nuevas medidas económicas, pese a que el Dr. Paz le había arrebatado su triunfo en el Congreso y Banzer acató sin reclamo alguno. Y luego, en 1989, construyó el Acuerdo Patriótico con Jaime Paz, cruzando los famosos “ríos de sangre” y haciendo que la derecha y la izquierda se entendieran. ¡Cuánta falta hace un conciliador como él en estos momentos de incertidumbre!
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