"NINO" DAZA
El destacado jinete internacional Roberto “Nino” Daza no ha dejado lo que es su pasión por el deporte hípico, no obstante la pandemia mundial por el coronavirus que afectó en este año.
Daza, quien radica en Wellington, Estados Unidos, levantó una sonrisa con sus recuerdos, en una conversación con Deportes El Diario, donde habló del deporte que ama y con el que sigue desarrollando sus actividades.
DED: ¿Cómo está la salud, la familia?
RD: Estamos en Estados Unidos, hace 14 años, empecé en Orlando, Florida, desde el 2103 me mudé a Wellington, que es la capital del hipismo, aquí es donde tenemos a jinetes muy importantes que vienen a pasar seis meses del año, muy felices de estar en esta ciudad que es como nuestra casa y en buen estado de salud, gracias a Dios.
DED: ¿Cómo incursionó en el hipismo?
RD: Muy niño, a los 6 años comencé en el deporte ecuestre, me primera competencia internacional fue a los diez en Costa Rica, de doce comencé a representar a Bolivia, obviamente con el apoyo de mis padres, viajé con mi caballo a México, representamos al país el 94, 95, 96, en la categoría Infantiles, tuve el halago de estar en el segundo lugar en 1996, con un caballo inolvidable que se llamaba Iceberg, un regalo de mis padres que salió del famoso Colegio Militar de Ejército, lo llevé tres años seguidos a saltar a Monterrey, México. En Bolivia, tuve la suerte de ser campeón en todas las categorías, Infantiles, Juveniles, Primera que se salta la altura de 1.40, a mis 15 años fui campeón nacional a temprana edad, representamos a Bolivia a nivel internacional, en Perú, Guatemala, Estados Unidos, conjuntamente con mi compañero Daniel Bedoya, fuimos los primeros jinetes bolivianos en ir a un Mundial.
DED: ¿Luego de competir en Bolivia, se fue a radicar a Estados Unidos?
RD: A los 18 años terminé los estudios en Bolivia, tuve que ir a estudiar Administración de Empresas en Orlando, Florida, y una vez que mostré el título a mis padres, pude hacer lo que tanto quería como era dedicarme a la equitación, el 2006 me casé con Mariela que es mi esposa, tenemos dos hijos, una niña (Florencia, 10 años), y el varón (2 años y medio, Santiago). Estoy actualmente en Wellington, donde se reúnen al menos diez mil caballos en la temporada de seis meses, es un privilegio estar aquí con jinetes famosos, es lo que nos lleva a mejorar, a estar con jinetes de primer nivel, es una gran ventaja de vivir aquí.
DED: ¿Cuál es el título que usted recuerda con más cariño?
RD: Uno de los más importantes fue mi primer gran premio que gané en Estados Unidos (2014), en Venice, Florida, porque me hizo ver la realidad de que yo estoy listo para competir con todos los jinetes importantes en Estados Unidos, fue una llamada a lo que va a ser la posibilidad de que sí soy parte de este nivel de jinetes y que sí es posible, que como boliviano no estoy atrás, sí se puede y con trabajo, gracias a Dios pudimos lograr muchos más gran premios, que en Estados Unidos tiene una recompensa monetaria, porque es un deporte a nivel profesional no es como en Bolivia, se tiene premios importantes y haber recibido mi primer cheque nunca me voy a olvidar, fue una gran alegría, porque aparte de que en Bolivia era un hobby pero aquí es la fuente de ingreso de mi familia, es algo diferente. Es obvio que todo se complementa con la venta de caballos, clases, clínicas, etc, pero el poder ser recompensado, al ser ganador de un gran premio es inigualable. Y, el otro logro fue el haber podido ir a una prueba de 1.60 que es grande en Calgary, en la competencia que se llama Spruce Meadows, Canadá (2017). Para mi haber saltado y competido con el número del mundo fue importante, así que esos dos eventos marcaron mi carrera ecuestre.
DED: ¿Qué recuerdo tiene del Mundial?
RD: Número uno, que para llegar a eso no solo es difícil por el tema ecuestre, sino que fue difícil porque se convirtió en un tema político que como bolivianos, obviamente no teníamos la Federación que nos apoye, pero ya en un mundial pasado estuvimos felices porque logramos la clasificación. Lo que tenemos que pasar por llegar a un mundial es muy complicado, hace ocho años atrás sí logramos clasificar con Daniel Bedoya, pero por un problema de mala habilitación de último momento en la Federación, todos nuestros sueños se vinieron al piso. Luego, volvimos a hacer un ciclo de clasificación de cuatro años, el 2018, cuando logramos calificar para ir al Mundial fue una alegría tremenda, esa vez hicimos las cosas por nuestro lado, con Daniel trabajamos en equipo y hacer las cosas que la Federación no nos apoyaba, luego cuando se dieron cuenta de que estábamos a un punto, la Federación reacciona y dicen que ahora hay que ayudarlos. Agradecidos por ello, se dieron cuenta de que somos capaces de representar al país en un evento tan importante como es un mundial
DED: ¿Cómo le fue?
RD: Como experiencia fue espectacular, ya estar ahí es un gran logro en mi carrera, por falta de una preparación más a nivel mundialista no se pudo. Cometí el error de llevar a mi caballo (Chacco Balou) en un tráiler desde La Florida, Wellington, hasta California el Norte, son doce horas de viaje, mi caballo no llegó en las mejores condiciones, sino con un dolor de espalda tremendo, además tenía un dolor en la pata derecha. Antes de la competencia se tiene que hacer un chequeo veterinario, mi caballo pasó, pero sentía que no estaba bien, logré competir y pasar a la siguiente ronda, con el caballo en tres patas, no estaba al cien por ciento, muy agradecido con ese caballo que tiene un corazón de oro. Luego, lo vendí, fue un caballo con el que aprendí bastante.
DED: ¿Actualmente tiene en mente volver a competir en un mundial?
RD: Está en mi mente, estamos trabajando en eso, justamente el ciclo olímpico que se pospuso un año por la pandemia, vamos a intentar competir el 2022, es uno de los objetivos que tenemos, la verdad que estuvimos cerca de calificar a la Olimpiada, si Dios quiere, vamos a representar a Bolivia en una Olimpiada, nuestro gran jinete Roberto Nielsen Reyes fue el único jinete olímpico boliviano, tenemos que pasar ahora por una calificación y un proceso selectivo muy complicado, pero en planes está en competir en las próximas olimpiadas, no las del próximo año, el siguiente ciclo estar presente, donde no queremos ser un número más de la lista, sino tratar de sacar una medalla en el mundial, una medalla en la Olimpiada. En este deporte, nuestro atleta y compañero es un caballo y tenemos que ver que él esté al nivel para saltar, como me pasó en el Mundial, pero ya haber estado ahí y haber calificado para un segundo día, ya es un triunfo.