La prédica constante, la acción de los doctores de Charcas y los movimientos subversivos en La Paz, resultaron semilla fecunda en todos los distritos de la Audiencia y tuvieron especial significación en Santa Cruz de la Sierra, pese a la distancia y al aislamiento casi total, por falta de comunicación con las demás provincias altoperuanas. Tuvieron influencias también sobre los patriotas cruceños, la subversión y la firme posición de los revolucionarios cochabambinos que en dos oportunidades y sin otro apoyo que el de su propio pueblo, se enfrentaron a las huestes realistas comandadas por el general en Jefe del Ejército Expedicionario del Alto Perú, José Manuel de Goyeneche, que había llegado a Chuquisaca, La Paz, Potosí y Oruro, comandando tropas peruanas con el fin de ocupar militarmente la Audiencia de Charcas.
Aprovechando los festejos de la Virgen de las Mercedes, el 24 de septiembre de 1810, los cruceños, que anhelaban la independencia y la patria propia, hacen estallar el movimiento insurreccional; se alzaron en armas, tomaron la plaza de Santa Cruz y asaltaron el cuartel realista. Se dio un golpe a la Corona española destituyendo al gobernador Pedro José Toledo Pimentel, que fue puesto bajo prisión y depuestas todas las autoridades españolas que representaban la dominación ibérica, para convocar, enseguida, con el apoyo popular a un Cabildo Abierto destinado a organizar el propio gobierno. Se había dado el primer paso hacia la independencia cruceña.
El pueblo proclamó su acatamiento a la Junta de Buenos Aires y reiteró su voluntad de gobernarse independientemente. Se formó una Junta de Gobierno encabezada por el coronel Antonio Suárez de Arteaga que había sido oficial del ejército español, que luego se adhirió a la causa independentista, quien fue elegido presidente de Santa Cruz de la Sierra, lo acompañaban los abogados de Charcas Antonio Vicente Seoane, y José Manuel Lemoine, el capitán Juan Eustaquio Moldes, enviado argentino, el capellán de las milicias José Andrés de Salvatierra Chávez y otros enviados de Cochabamba, integraban la Junta, que no solamente adoptan previsiones para normalizar la vida ya independiente de ese distrito, sino también para organizar la defensa en caso de que las fuerzas realistas intervinieran contrariando los intereses y voluntad popular.
El gobierno patriota, primeramente, liberó a los esclavos negros del Tao y redactó el Acta de Pronunciamiento. Dio libertad a las ex autoridades realistas. En septiembre de 1811, Goyeneche envía al coronel Miguel Becerra a retomar la ciudad. La reacción inmediata de los patriotas vence otra vez a los realistas y condenan a muerte al enviado español. Empero, pronto los temores de los revolucionarios se vieron confirmados por la acción de las fuerzas españolas que se hicieron presentes en la tierra oriental para aplastar la rebelión. La intervención realista se produce y da lugar a sangrientos encuentros y represiones, así como a una heroica guerra de guerrillas en que los patriotas tuvieron oportunidad de destacarse por su valor y una inconmovible decisión de alcanzar la soñada patria propia, sobre los escombros del sistema colonial que, poco a poco, se fue desahuciando y desarraigando en memorables acciones militares que se prolongaron por 15 años en el Alto Perú. Mención honrosa merece el patriota guerrillero cruceño coronel José Manuel Mercado (Colorao), el 16 de julio de 1809 participó en la revolución apoyando a Pedro Domingo Murillo. Participó en distintas batallas contra los realistas, incluida la del Pari.
El poeta revolucionario José Manuel Baca (Cañoto) organizó entre 1816-1819 huestes guerrilleras luego de la muerte de su jefe, el coronel Ignacio Warnes, a manos del brigadier Francisco Xavier Aguilera, en la Batalla del Pari el 21 de noviembre de 1816. Su cabeza decapitada fue expuesta en la punta de una lanza en el centro de la plaza principal de Santa Cruz de la Sierra.
Cañoto, que apoyó a los patriotas, era un camba bravo convertido en leyenda, cuyo machete sembró terror en las filas españolas. Las vibrantes cuerdas de su guitarra alentaban el espíritu guerrero del hombre cruceño en la lucha por la independencia. Murió en 1854. En 2006 la Cámara de Diputados le confirió el ascenso póstumo al grado de coronel. El gobernador de Santa Cruz, Ignacio José Javier Warnes y García de Zúñiga, era argentino, nació en Buenos Aires el 27 de noviembre de 1770, avivó el patriotismo en las calles y con varias proclamas, encabezó el levantamiento. Quería a la tierra oriental, decía ser cruceño de corazón. El general Manuel Belgrano lo había enviado a Santa Cruz para que diera libertad a su ciudad. Desde 1810 participó en el frente independentista y en 1813 arribó a Charcas con el Segundo Ejército Argentino. El 25 de mayo de 1814 derrotó a los realistas en la Batalla de La Florida en el Piraí. Luchó con bravura en las Batallas del Alto Perú. Se distingue también doña Manuela Velasco de Ibáñez. Ana Barba que escondió la cabeza del guerrillero Warnes corriendo el peligro de ser descubierta.
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