La violencia en proximidades de la elección del 18 de octubre es inadecuada en la presente campaña de las candidaturas en competencia y no puede augurar sino mayor violencia. El proselitismo a favor de Luis Arce ha sido atacado en distintas ciudades del país por grupos que le son contrarios. Estos hechos surgen como una liberación contra el gobierno autoritario de catorce años que no permitió la libre expresión y menos manifestación alguna de protesta ni tampoco las demandas de sectores marginados como los discapacitados, sañudamente reprimidos pese a su indefensión.
Sin embargo, ahora se suman los rumores y anticipos del MAS acerca de la preparación de un fraude electoral con la finalidad –dice— de hacer que este partido aparezca como perdedor electoral, pese a sus anticipaciones de un triunfo mayoritario, sin dar opción a una segunda vuelta. Se trata de una predicción demasiado optimista, puesta al presente en duda. Esta versión tiende a alentar y a la preparación subversiva y violenta a continuación de los comicios de los que puede salir perdidoso. Esas prácticas son propias de esa tienda política, como se ha visto en octubre y noviembre de 2020, apenas había huido del país Evo Morales. Del mismo color se presenciaron los actos de terrorismo, bloqueo e interrupción material de las carreteras evitando el traslado de oxígeno e insumos para los pacientes del Covid 19, ocasionando una sucesión de muertes.
Las manifestaciones contrarias al régimen estaban poco menos que prohibidas y se recuerda que el ingreso a la plaza Murillo era vedado a cualquier demostración de protesta en grupo o aun individualmente. No obstante, las vías de hecho contra el proselitismo de los partidarios de Luis Arce no son aceptables y no contribuyen a un clima democrático necesario en las cercanías electorales. Los partidos políticos deben instruir a su militancia abstenerse de tales actos, aunque tampoco se desconoce que se trata de reacciones espontáneas populares y de jóvenes que expresan su indignación por tantos años de amedrentamiento, que pendía sobre la cabeza de toda persona disconforme.
Por otra parte, la ostentación masista de medios y recursos en sus caravanas y marchas sigue siendo ofensiva y hasta descarada, denotando un financiamiento expreso, como se le atribuye a ese partido en cuanto bloqueo y desmán protagoniza y que, al parecer, son cotizados por los participantes. De todos modos, es vital una condigna reflexión para llevar a cabo una elección pacífica y constructiva hacia un mejor futuro de la nación boliviana.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |