Allí donde se cerró el fútbol como lo conocimos, en el Benito Villamarín, con el público que tanto ayuda a los verdiblancos, el Real Madrid rescató un triunfo apreciable en el que el VAR resultó decisivo. Con igualdad máxima, en el marcador (2-2) y en el juego, una expulsión (Emerson) y un penalti (Bartra) descubiertos por el árbitro de la sala VOR, quien sigue el partido por vídeo, determinaron el 2-3. Ambas lo fueron a ojos de los árbitros y de muchos críticos, incluido quien suscribe, pero si no nos ponemos de acuerdo con una pandemia, como para pedir consenso con tres acciones a favor del Madrid. No veremos un milagro semejante.Ganó el Madrid, queda dicho. Y no es que no lo mereciera. Pero es que durante mucho tiempo estuvo a merced de su rival. El Betis explicó las razones para ocupar la zona más alta de la tabla. Se repuso de un inicio peligroso que pudo ser devastador, tras recibir un gol y brindar a Ramos una acción clamorosa para el segundo. No embocó el camero, con todo a favor, y los verdiblancos, enganchados al talento de Canales y Fekir, dieron la vuelta el partido.