Psicología
Sara Sarmiento, psicóloga
¿No te ha pasado que luego de estar con una persona te encuentras sin energía, más negativo o enfadado, etc.? Puede ser que hayas pasado tiempo con una persona tóxica. Pero ¿a qué llamamos persona tóxica?, La vamos a definir como aquellos individuos que nos contaminan con su estado de ánimo, sus manipulaciones o su negativismo.
Cuando pasamos tiempo junto a ellos, nos sentimos peor –nunca mejor-. Son lo mismo que las sustancias tóxicas, porque la toxicidad es justamente la capacidad de alguna sustancia química de producir efectos perjudiciales y negativos, cuando se entra en contacto con esa sustancia.
Por ello, las personas tóxicas contaminan con sus acciones, haciendo parecer el ambiente peor de lo que es. A veces destilan tanto veneno que contaminan todo y a todos. Ten cuidado, algunos son altamente contagiosos. Ya que son hábiles para contaminarlo todo. Por ejemplo, si están tristes crearán un microclima de tristeza en todo lo que les rodea, incluyéndote a ti.
Pero, cómo distinguimos a la gente tóxica de alguien que no lo es, es verdad que a veces podemos estar mal y estar negativos y contaminar al resto con nuestro pesimismo, pero eso no nos convierte en tóxicos para el otro. Cuando alguien sí lo es, es porque es su estado natural y permanente, no es por un momento, sino que es su manera de ser.
Características frecuentes de personas tóxicas
Describiremos varias características de las personas tóxicas, puede ser que alguien tenga una forma en particular muy marcada o que tenga varias de ellas. Pueden ser compañeros de trabajo, algún amigo del grupo, una pareja tóxica, un familiar, etc.
A continuación nombraremos las características para que puedas detectarlas y alejarte de estas personas:
1. El negativista patológico: todo lo ven negro, sus comentarios son siempre negativos, viendo solo lo que falta, lo que está mal y tienen la habilidad de transformar algo positivo en negativo pase una cosa u otra, por ejemplo si hay sol está mal porque hace mucho calor, pero si está frio lo ven mal porque no hace calor, si no es por una cosa, es por otra. También buscarán boicotear todo lo que quieras emprender. Te dirán lo malo que puede pasar –“no hagas eso porque es peligroso” o “no te compres eso porque no te va a durar”- o marcándote tus falencias. Siempre están ahí para contaminarlo todo con su derrotismo.
2. El que se queja por deporte: no sólo son negativos, sino que tampoco lo pueden callar, siempre están hablando para quejarse de todo y por todo, siempre ven y manifiestan que el vaso está medio vacío, si van a una fiesta, algo no les gustó, si haces una rica comida le falta el toque, si van a un buen viaje te amargan porque el avión sale un poco tarde o por la ventana del hotel entra mucha luz, etc.
3. Malhumorado constante: Son los negativistas más depresivos, pero también están los que se enfadan por todo y con todo, no sólo están pendientes de marcarte lo que haces mal o lo que ellos consideran que haces mal, sino que además se ofenden. Estar cerca de una persona así puede hacer que tú también te pongas furioso o que por el contrario te vuelvas más sumiso para no enfadarle, pero de ninguna manera lograrás cambiarle –además no es tu tarea esa-. Sólo aléjate. No dejes que te contagien esa negatividad.
4. El victimista de profesión: Hay distintas formas de ejercer esta profesión. Están los que se rinden y te hacen rendir antes de empezar cualquier cosa. Tratarán de hacerte ver que nada vale la pena, ni siquiera intentarlo, porque nada funcionará. También están los que se hacen las víctimas contigo, buscando hacerte sentir culpable de lo que les pasa.
5. El que ve la maldad en todos: Estos pretenden aislarte, tratando de contaminarte con la visión de que el ser humano es malo por naturaleza –a excepción de ellos-. Siempre están mirando conspiraciones, creando malas intenciones, haciéndote dudar de todos y hasta de ti mismo. Te harán ver que el mundo está en su contra y en el tuyo.
6. El chismoso por naturaleza: Es el que habla mal de los otros, se mete en sus vidas buscando conocer las debilidades de la gente para después divulgarlo, compartiendo sus chismes busca hacerte cómplice y que participes de ello, pero para no caer en sus redes, nunca te preocupes de saber los secretos del vecino, sino que cuídate del que habla de ellos.
7. El envidioso nato: Esta persona es de las que siempre quieren lo que el otro tiene, no importa lo que sea, lo envidiará, imagínate que te das cuenta de que un envidioso quiere algo tuyo, si se lo cambias por algo que él tiene para conformarle, notarás que comenzará a pensar que le engañaste y comenzará a envidiarte por lo que ahora tú tienes y que era de él. Estas personas también viven comparándose y comparándote con los demás.
8. El sincericida: con la excusa de ser sinceros y auténticos, aunque duela, son capaces de decir cualquier cosa, sin medir daños ni consecuencias y escudándose en su rectitud y en que “la verdad nunca ofende”. Lo que pasa es que ellos sólo ven su verdad, que generalmente es retorcida.
9. El centro del universo: estas personas son las que buscan permanentemente ser el foco de todo para bien o para mal, quieren ser el centro de la fiesta, o si estás enfermo, ellos estarán peor. Si cuentas una historia, ellos contarán una superior, si tú estuviste en un lugar, ellos estuvieron 5 veces antes. Necesitan ser escuchados hasta la extenuación. Son los típicos yo-yo.
10. Mentiroso patológico: puede mentir e inventarse historias la misma cantidad de veces que respira, los más expertos hasta llegan a creerse sus propias mentiras. Te pueden hacer confundir tanto que ya no sabrás qué es verdad y qué es falso, eso sí te exigirán total sinceridad.
11. El chantajista emocional: no asume ninguna responsabilidad, siempre tiene la razón, siempre va por detrás y nunca juega limpio, siempre consume toda tu energía hasta secarte por completo.
Qué hacer ante una persona tóxica
Ya hemos visto algunos tipos y características de las personas tóxicas, ahora bien, ¿qué podemos hacer para no caer en sus redes y ser contaminados?
En primer lugar, conocer estas características para poder detectarlos y una vez que lo hagas, aléjate –recuerda el concepto de toxicidad- así no respirarás su aire contaminado.
A veces no podemos alejarnos mucho, porque el tóxico es un compañero de trabajo, un vecino, un familiar y tendremos que verle, en este caso diseña un traje emocional para que el tóxico no te toque; por ejemplo, no le creas y trata de no escucharle, no entres en sus provocaciones y complot, aléjate cuando comienza a chismosear, no le cuentes cosas personales. Si no puedes tomar distancia física, tómala de manera emocional, sin involucrarte con él.
Y recuerda, tú no estás para curarle ni tratar de cambiarle, si lo intentas puedes terminar contaminado. Porque es más factible que tú te conviertas en él, que esa persona cambie su actitud.