El partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales Ayma es una organización política de derecha. Es más, es un partido de ultra derecha que acostumbra a sostener la falsedad de ser partido de izquierda, calificación falsa con que ha encandilado a algunos grupos de ingenuos en el interior del país y no menos del exterior. En realidad, por su contenido ideológico y por sus hechos es un partido de ultra derecha.
Una persona es de línea de izquierda o derecha en función del nivel histórico de desarrollo del país donde vive y profesa un ideal político. Si esa persona, en un país como Bolivia, adopta la primera posición y busca pasar de la condición colonial a la nacional y, a la par, del comunitarismo y el feudalismo a la democracia, es un político de izquierda. Pero si va en dirección contraria a esa realidad, es un político de derecha. Así, solo en ese sentido un ciudadano se puede calificar de izquierda o derecha. No existe, pues, ninguna de esas tendencias en forma abstracta y solo puede existir en forma concreta.
Es muy distinto ser militante de un partido de izquierda o derecha en España, Chile, Venezuela, etc., porque son realidades históricas diferentes.
La verdad de las palabras depende cuando se hallan respecto a determinadas condiciones de lugar, tiempo y sistemas de referencia. Solo se puede establecer la verdad o falsedad de las palabras cuando se comunica qué condiciones se ha tenido en cuenta al formularlas.
La palabra izquierda es verdadera solo en determinadas condiciones históricas concretas y cuando desempeña un papel diferente en otras condiciones históricas. Es verdaderamente de izquierda cuando hace avanzar la historia y no cuando la hace retroceder. No es, de manera alguna, suficiente calificarse de izquierdista, para adoptar esa posición.
Por tanto, no existe la verdad abstracta, pues la verdad es siempre concreta. En ese sentido, el enfoque histórico-concreto y la consideración de los aspectos de lugar y tiempo son de gran importancia para analizar el desarrollo social, cuya evolución se produce de manera desigual y tiene características específicas en cada país. En cambio, los partidos políticos que consideran que Bolivia vive en este momento en un atraso medieval y que hay que construir la nación y poner fin a los grandes resabios y saldos de feudalismo y construir la democracia económica y política, están en el curso de la historia y pueden proclamarse de izquierda.
Por otro lado, proponer el socialismo en Bolivia no es ser de izquierda, porque ofrecer ese sistema es una utopía, ya que en nuestro país no existe condición objetiva ni subjetiva para establecer ese régimen, además, estaría destinado al fracaso inevitable, pues la práctica mundial ya confirmó que el socialismo es un fracaso completo, como lo confirman los casos de la Unión Soviética (URSS), Cuba, Venezuela, China y otros. Repetir el error es una estupidez.
El MAS es, por consiguiente, un partido reaccionario, contrarrevolucionario, por tanto, de ultraderecha, ya que se opone, a nivel nacional, a conquistar lo que se debe y se puede conquistar y, al mismo tiempo, quiere retroceder al arcaico comunitarismo y al feudalismo de antes de 1952, como demostró en los hechos durante los catorce años que estuvo en el poder.
En efecto, destruyó la nación y restauró el coloniaje, retrocedió de la democracia al pasado colonial; convirtió al ejército en instrumento para esos dos objetivos; la Policía fue desvirtuada; se prostituyó la justicia; se saqueó los dineros del Estado para corrupción y derroche; el Estado fue puesto al servicio el narcotráfico, por citar solo los casos mayores.
Por esos hechos y no solo por su ideología, el MAS es un partido de derecha, reaccionario inclusive anti-indígena. Nada en absoluto tiene de izquierda.
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