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Por la pandemia y las burbujas sanitarias a las que se deben someter las delegaciones, Argentina realizará un itinerario atípico para enfrentar el martes 13 de octubre a Bolivia en La Paz. El equipo que conduce Lionel Scaloni arribará a la capital del país limítrofe el domingo a la noche y permanecerá allí hasta el duelo en el estadio Hernando Siles. No existen registros similares de este escenario en los restantes 10 partidos que Argentina disputó por las Eliminatorias Sudamericanas en La Paz.
Edgardo Bauza, Alejandro Sabella, Diego Maradona, José Pekerman y Marcelo Bielsa optaron por la misma logística: aterrizar la noche anterior en el llano de Santa Cruz de la Sierra y viajar a La Paz el mismo día del juego. Los resultados fueron diversos. El Patón se enteró en suelo boliviano que no podría contar con Lionel Messi, sancionado de oficio por un insulto a un juez de línea en el duelo de Argentina y Chile en el Monumental. Bauza conocía a la perfección los avatares de la altura por su paso por Liga de Quito. Esa experiencia sirvió de poco: el equipo cayó 2-0 el 28 de marzo de 2017.
Sabella sí pudo contar con Messi y rescató un 1-1 con gol de Ever Banega, el 26 de marzo de 2013. "Es tremendo jugar acá. Algunos compañeros sintieron mareos y dolor de cabeza antes del partido, pero yo no. Sólo durante el juego sentí ese ahogo común acá. Se hace muy difícil”, dijo el crack rosarino después del empate.
El 1° de abril de 2009 sucedió una de las derrotas más duras de la historia de Argentina: 6-1, con Messi en la cancha y Maradona en el banco. "No le tengo miedo a la altura", había declarado Diego el día previo al juego.
Lionel Scaloni estuvo en cancha la tarde de la última victoria de Argentina en La Paz: fue 2-1, el 26 de marzo de 2005, con goles de Luciano Galletti y Luciano Figueroa. Para esa ocasión, Pekerman optó por poner un equipo con jugadores jóvenes y que habitualmente eran suplentes. Los antecedentes contra Bolivia en La Paz son muchos, las estrategias son diversas y los resultados, dispares. Parece que no hay una receta mágica.
