Recordando a la CBF

Con la Corporación Boliviana de Fomento (CBF) se inició un verdadero despegue económico e industrial de Bolivia. En efecto, fue ella la que construyó la obra civil más grande e importante que nunca antes se había emprendido en el país, la carretera Cochabamba-Santa Cruz, donde construyó una red de caminos de penetración al Norte, empresas de beneficiado de arroz, de la madera y acometió en plena selva la industria cañera que creó la burguesía agropecuaria cruceña y construyó el Ingenio Azucarero Guabirá; instaló talleres, promovió pequeñas y medianas empresas. Esto exigió todo el esfuerzo nacional, especialmente cochabambino.

La incipiente ganadería del Beni fue impulsada a través del Proyecto Fombeni y del Departamento de Transportes Aéreos, incrementando la ganadería cárnica que abasteció al país sustituyendo la importación de carne, para todo el país y centros mineros con su flota de Curtiss y B-17 en que descollaron pilotos bolivianos, contribuyendo también a la creación de una aviación comercial. Hay que recordar esa epopeya del arreo desde Brasil de ganado cebú que sirvió para aumentar la ganadería beniana. Constituyó la Empresa Beneficiadora de Castaña, incorporando este producto a la exportación.

Construir los ingenios azucareros de Bermejo fue otra hazaña de la CBF, donde los Ings. paceños Jorge Yung, Enrique Alurralde y otros pueden contar odiseas de trabajo espectaculares. Otro tanto se puede decir de la industria del cemento y de la leche y mantequilla, cuyo consumo masivo por la población fue promovida por la CBF.

Recordemos que todas las mañanas llegaba a La Paz de Cochabamba uno o dos camiones con productos lácteos que se vendía en el día.

La colonización interna con los regimientos coloniales: la apertura del camino hacia el Alto Beni y su colonización; en fin, toda esta movilización de trabajadores requirió un gran esfuerzo del país, nunca antes promovido. Y todo ello fue fruto del empuje colla, mal pese a aquellos recalcitrantes regionalistas que no quieran reconocerlo.

Trabajadores que participaron en las obras de la CBF o sus hijos al leer esta nota se inflamarán de emoción al recordar su participación en esa epopeya de trabajo que lideró la CBF en el país, que ha sido muy ingrato con esta benemérita institución. Al conversar con economistas y estudiantes de estas ramas; noté que desconocían la existencia de la CBF. Las universidades deben instituir una cátedra donde se enseñe la grande obra de trabajo de la CBF, en beneficio del desarrollo de Bolivia.

Las instalaciones mecánicas, de recauchutaje, de perforación de pozos de agua; la industria metal mecánica que iba agrandándose bajo la dirección de los Ings. José Arias y Edgar García, donde se podía construir tanques y equipo militar para el ejército y barcazas para la Armada; la primicial instalación de ese gran complejo metal mecánico de Km 7 en Cochabamba, para el servicio de la carretera Cochabamba-Santa Cruz, destruido por la anarquía sindical y sus traspasos a las Corporaciones Regionales de Desarrollo que fueron un fiasco, dieron fin a grandes emprendimientos.

El Ing. Jorge Mustafá Salazar, siendo Director de Industrias reclutó a sus alumnos en la planta de técnicos de la CBF, donde muchos se perfeccionaron en las industrias del azúcar, del cemento, productos lácteos, vidrio, gran número de los cuales se destacaron en la empresa privada y bancaria como los Ings. Jorge Rada, Walter Antequera, Mario Catacora, Elizabeth Nava, Enrique Soruco y otros, ya que la CBF constructora de empresas fue también formadora de grandes profesionales empresarios.

Así como los bolivianos son ingratos con personas de bien y con instituciones descollantes, igual pasa con Estados que interesada o desinteresadamente han ayudado en todo momento a Bolivia, en épocas de crisis políticas y sociales, de desastres naturales, enceguecidos por las consignas de los famosos politicastros de izquierda

Esta conducta hacia EEUU es injusta, inmerecida ya que ante nuestros problemas, el pueblo y gobierno de Estados Unidos es el primero en acudir con su ayuda y cooperación. A comienzos de la II Guerra Mundial el gobierno de EEUU nos envió una Misión Económica presidida por Erwin Bohan que en seis meses elaboró el más certero plan de desarrollo de Bolivia que lleva su nombre y nos otorgó un préstamo para su implementación, recomendando la creación de la Corporación Boliviana de Fomento, que se verificó el 14 de septiembre de 1942. Si bien el Plan Bohan diseñó las líneas maestras de desarrollo, destinada principalmente al autoabastecimiento de alimentos y otros productos, fue la CBF quien estudió en cada caso la logística de ejecución de los proyectos y programas, corrigiendo o modificando en cada caso el curso de los trabajos y su organización. Esta primera cooperación de EEUU fue crucial, luego vendrían otras en diferentes campos. Con su ayuda iniciamos la defensa del medio ambiente y otros aspectos.

La gratitud es la respuesta condigna al bien que se recibe. El valor de la CBF es haber adquirido la capacidad de la organización de trabajadores y su gran movilización, inspirando en ellos y los técnicos una mística que acompañaría a lo largo de su existencia con ese espíritu de entrega y de trabajo, en algunos casos con destellos de leyenda: Juan Milardovic, Ruddiger Trepp y otros, que habría sido tan merecido recordarlos a todos…

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