Celebremos la hispanidad

Ayer se recordó el descubrimiento de América, una fecha emblemática para nuestra civilización y motivo de fiesta para la hispanidad que hermana a América y España. Por desgracia, cuando el sentimiento bloquea la razón, el rencor y el odio amenazan con imponer una ideología que le cambia el nombre a esta fecha: ‘Día de la Descolonización’.

La historia demuestra que las lenguas venenosas se imponen sobre la verdad: la literatura pretende ser historia y los poetas, dizque historiadores, ‘nos la charlan’ fácilmente. Por eso es que en pleno Siglo XXI todavía se nos dice con frecuencia que España saqueó América y mató a muchos indígenas.

Nadie como Pablo Victoria, historiador y economista colombiano, para ilustrarnos al respecto y desmentir esta Leyenda Negra que tanto daño nos causa. Vale aclarar que el Imperio Español no fue un Paraíso terrenal, pero sí que tuvo muchos logros envidiados por los reinos vecinos protestantes. Todos los siguientes datos son producto de la investigación del profesor Victoria.

Fray Bartolomé de Las Casas decía que veinte millones de indígenas habían sido asesinados. Desde el año 1496 hasta 1600, pasaron por América apenas 54.881 españoles. ¿Cómo podían ellos matar a tantos indios y odiarlos cada uno con la misma intensidad? ¡Ah, cierto! La Inquisición, ¿o no?

El Santo Oficio no fue, ni de lejos, la institución oscura que nos pintan hoy en día: de hecho, tenía prohibido ejecutar a los nativos, así que, de las 100 personas que perecieron en 250 años, ninguna era de raza indígena. A lo mejor los ‘descolonizadores’ se refieran a la Inquisición Protestante, que mató a 10.000 personas en Alemania en solo diez años.

En la Monarquía Hispánica, la justicia civil era más dura que la de la Inquisición católica, por eso algunos criminales preferían hacerse pasar por herejes para ser juzgados por el Santo Oficio: podían ser perdonados con solo reparar sus faltas y arrepentirse. Además, otras causas para no ser condenado eran la edad, de la ignorancia, de la embriaguez y la pobreza.

¿Qué hay del atraso y la ignorancia? ¿No sometían los españoles a los indígenas con la más vil tiranía? La verdad histórica nos dice: las primeras escuelas para indios nacieron en 1524, la primera universidad en 1551 y el primer hospital en 1503. Libros en doce lenguas indígenas fueron publicados en 1575. Leyes que reconocían los derechos de los indios son promulgadas en 1512 (Burgos) y 1542 (Nuevas).

Ningún imperio se preocupó tanto de construir iglesias, hospitales y universidades en sus territorios conquistados: esto es lo que hace a la hispanidad digna de ser celebrada. Al fin y al cabo, indios, criollos y mestizos éramos súbditos del rey, habitantes de los virreinatos: reconocidos como ciudadanos y sujetos de derecho.

Actualmente, cada vez que un grupo de ‘descolonizadores’ convoca a un cabildo, está siendo ‘colonizado’: usa una institución de origen español para proclamar discursos anti españoles. Y por si fuera poco, se expresa en la lengua española para odiar a los españoles.

Cabe destacar que hoy conocemos la historia de los indígenas gracias a que ésta fue registrada por los cronistas españoles. ¿Por qué unos viles europeos, fanáticos religiosos, con tanto odio al indio, querrían conocer su historia y sistematizarla? ¿No será porque los consideran seres humanos y porque Cristo les mandaba a amar al prójimo?

Como diría el académico Philip W. Powell: «Más de un libro podría escribirse sobre la diplomacia española entre las razas nativas, que incluyó presentes, honores y distinciones, protección y privilegios, educación, y una serie de acciones que hoy en día serían automáticamente calificadas de prácticas humanitarias».

Cuando un ‘descolonizador’ difunde la Leyenda Negra española, en realidad no está liberándose de ninguna ‘esclavitud’: repite lo que dicen los blanquitos, los anglosajones y holandeses protestantes. Hay que tener mucho cuidado con estos odios irracionales: pensemos con la razón, no con el sentimiento.

El autor es Lic. en Ciencias de la Comunicación por la UAGRM, columnista en la web Razón+Fe.