Las aspiraciones de Luis Fernando Camacho no son tan espontáneas como podrían parecer. Lograr la presidencia del Comité pro Santa Cruz es ya un hito, pero no traducen una carrera cívica sostenida y, probablemente, el codiciado trofeo es fruto de las influyentes logias cruceñas en las que florece el “cuánto tienes, cuánto vales”. Desde ahí se enfilan las no modestas ni metódicas pretensiones camachistas. La crisis del fraude electoral del MAS, denunciado por la OEA, le viene como “anillo al dedo”, fraude que colma la resiliencia incansable del pueblo.
Es la hora del lanzamiento de los audaces planes. Era necesario impostarse de los cabildos de la indignación, y se lo hace --estos no son patrimonio ni exclusividad del Oriente -- y qué mejor si carecen de liderazgos. Para entonces la táctica predeterminada por un consejo invisible puede desarrollarse. Sugerencia de este comité o iniciativa propia, Camacho, con indiscutible valor y riesgo porta una carta conminatoria para la renuncia del dictador en 48 horas, pero no logra llegar a la Casa Grande.
El 10 de noviembre la situación se hace Insostenible y Morales renuncia. El día 12 huye del país, después de 21 días de lucha del pueblo boliviano, que es su propio patrimonio histórico. No obstante, Camacho se impulsa sin atenuantes hasta la silla presidencial. El plan se apoya en dos pilares sustentantes. Uno es el rescate de la religiosidad, poco menos que desterrada y proscrita por la dictadura. ¡Fuera del Palacio Quemado todo rastro de los Santos Evangelios! Grave y erróneo desplante a un pueblo creyente. Otro de los pilares es la adopción de una postura favorable a la ola juvenil, como antípoda a la “vieja política” y sus achacados oficiantes.
¡Urge restituir la unicidad de las espadas Espiritual y Temporal! Pero, ¿hasta dónde es verdaderamente sincero y devoto el ingreso al Palacio con un grueso volumen de la Biblia, del brazo de Jeanine Áñez? Un parroquial coro en Santa Cruz alaba la beatitud de Camacho; ¿hasta dónde impactan estos recursos? ¿Realmente conmueven a los creyentes? Tanto es así que después de ese inicio confesional sobreviene su abandono. No cuadra bien a quien maneja mejor la espada Temporal que la Espiritual aunque sea de palabra por ahora.
En cuanto a lo juvenil parece suficiente tocarse la testa con la gorra tipo jockey y mejor en funciones de matiné, tanda y noche. Los “jeans” son importantes como los kits o tenis de última moda. Para gratificar a algunos jóvenes, sobra apuntarlos en candidaturas imposibles en el Occidente. Si en Santa Cruz algunos son elegidos, bienvenidos sean. Desde entonces el discurso aprendido y abundante del líder emergente es a Carlos Mesa como la razonada palabra de éste.
La estrategia concebida y enviada de Buenos Aires destinada a Luis Arce ha buscado impresionar y tener llegada a la clase media, ya que el voto étnico determinista es inconmovible. Por ello y luego de años de haber privilegio los rostros morenos proscribiendo al resto, Evo Morales se ganó la antipatía de las capas medias y mucho más para atraer su voto. Personajes como David Choquehuanca son pospuestos a segundo plano. Es necesario recurrir a imágenes afines a la los “apestados” de catorce años y se termina por imponer a Luis Arce, regente de las finanzas públicas por años de años. Con el mismo propósito el vocero cantante de la campaña es un señor Michel, por su aspecto “clasemediero” como diría García Linera. Ya sentenció el mismo Evo Morales que pasó el tiempo del “poncho y las abarcas”. Uno, no convenció a los católicos y, el otro, al parecer tampoco a la clase media, en cambio puede enajenarse el apoyo de los originarios radicales. El 18 se conocerá la palabra definitiva.
Lo cierto de tanto menjunje y aventura es que en la elección nacional la alternativa es: democracia e institucionalización o dictadura más dura y secante de la que se nos aplicó, y tal vez para siempre…Quienes dividen el voto de los electores, tal como están las cosas, serán los responsables de un indeseable retorno.
El autor es jurista, escritor y periodista.
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