Negociaciones
Bruselas.- Los líderes de la Unión Europea (UE) constatarán que no se han producido los avances necesarios para cerrar un acuerdo con Reino Unido sobre la relación futura en los tiempos previstos, por lo que instarán al Gobierno de Boris Johnson a dar un nuevo empuje a las conversaciones con alternativas "aceptables" post Brexit.
La UE planteó que permitan desbloquear las conversaciones, encalladas por las diferencias en materia de gobernanza, reglas de competencia y pesca.
Johnson se dio de plazo para lograr el acuerdo hasta la cumbre que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE este jueves y viernes en Bruselas, a pesar de que Reino Unido ya no forma parte del club, pero el bloque cree que aún hay un margen de varias semanas para el consenso.
Los Veintisiete son conscientes de que encaran una fase "crítica" porque para que el pacto que regule las relaciones futuras debería estar cerrado a más tardar a comienzos de noviembre para que su tramitación sea posible a tiempo para entrar en vigor cuando el 31 de diciembre se consume la ruptura definitiva.
Sin embargo, el negociador europeo, Michel Barnier, confirmará a los líderes que no se han dado los avances necesarios y que sigue habiendo fuertes discrepancias en tres puntos que para los 27 han sido líneas rojas hasta ahora: la gobernanza para asegurar que se cumplen los acuerdos, las garantías de que las reglas de competencia serán las mismas para todos y que la flota europea tenga acceso como hasta ahora a las aguas británicas.
Los mandatarios expresarán por ello su preocupación por el 'impasse' en un texto de conclusiones aún en fase de redacción, pero en el que se espera que los 27 reclamen a Johnson un nuevo impulso para "intensificar" las conversaciones y también pidan a Reino Unido "una solución aceptable", según han explicado fuentes europeas.
Las mismas fuentes subrayan la unidad de los Veintisiete frente a Londres a pesar de las "distintas sensibilidades" y algunos intentos británicos por dividir a las capitales durante el proceso de negociación, pese a que para todos los Estados miembro sigue siendo clave las cuestiones que afectan a la gobernanza y a la igualdad de condiciones en materia de competencia.
La cuestión pesquera también es un elemento esencial de la negociación, pero es más "políticamente sensible" para unos que para otros y ello se refleja en la rotundidad con la que para unos es irrenunciable mientras otros ven cierto margen para converger en un acuerdo "razonable".
En cualquier caso, no se espera de esta cita de líderes resultados decisivos en materia de Brexit porque no está sobre la mesa la discutir un cambio de mandato negociador para acercarse a Londres y "no se ven movimientos al otro lado del Canal", en palabras de un algo funcionario europeo.
A lo largo de los dos días de cumbre, además, los jefes de Estado y de Gobierno prevén abordar otras cuestiones, aunque también en fase de debate y no de toma de decisiones, como la revisión de los objetivos de reducción de emisiones contaminantes en el horizonte de 2030 -que Bruselas pide elevar a un 55% y la Eurocámara a un 60%-, o las relaciones con África. Habrá también espacio para la política exterior el segundo día, con las tensiones con Turquía y Rusia entre los principales asuntos.
El avance de una segunda ola de coronavirus en los países de la Unión Europea también es asunto de preocupación para los líderes, que han reservado una parte de la cumbre para hacer balance de la gestión de la pandemia y la crisis desencadenada; así como para reflexionar sobre cómo mejorar la cooperación.
ESTADO DE DERECHO
Aunque no está en la agenda de los líderes se da por hecho que a la cumbre lleguen también los ecos de la bronca negociación entre Consejo y Eurocámara para tratar de sellar el presupuesto europeo para los próximos siete años y el fondo para la recuperación post covid.
Los eurodiputados piden más fondos para programas europeos, algo que rechazan de plano las capitales. De hecho, los gobiernos europeos han descartado la última oferta lanzada por los eurodiputados, en la que éstos proponían aumentar en 39.000 millones el presupuesto comunitario.
Además, Eurocámara y Consejo también se enfrentan en relación al mecanismo para ligar las ayudas europeas al respeto del Estado de derecho. Los países quieren limitarlo a un sistema para garantizar el correcto funcionamiento de los fondos europeos, mientras que los eurodiputados desean ampliar su alcance para que englobe también ataques a los principios y valores democráticos. (Europa Press)
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