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[Augusto Vera]

Contra viento y marea

Patria o muerte: apología de la humillación


En la década de los sesenta del Siglo XX, cuando Fidel Castro instauraba el socialismo en Cuba, ni el soldado más pesimista del ejército revolucionario pudo imaginar que también sesenta años después, continuaría el rotundo fracaso de una ideología que ha provocado un retroceso en la ya golpeada Cuba de los años anteriores a 1959.

Desde su irreductible posición, Fidel había acuñado la frase “Patria o muerte, venceremos”, ante la disyuntiva que en su visión mesiánica pero falaz tenía, de optar por la libertad o morir en su nombre.

La llama del comunismo se había encendido en Latinoamérica, pero había que irradiarla por toda su geografía. Algunos años más tarde, en 1967, una de sus principales figuras, Ernesto “Che” Guevara, comenzaba su aventura guerrillera en Bolivia. No trascendió, en términos temporales, mucho su misión aunque por decenios mucha tinta todavía se le dedica, porque el 9 de octubre del mismo año fue ajusticiado. Su fin fue el que está destinado a esa categoría de aventureros que pretenden cambiar las estructuras de dictaduras militares, por otras igualmente sanguinarias e intolerantes de los derechos y libertades ciudadanas.

El 11 de diciembre de 1964, el ministro de Industria de la Cuba comunista pronunciaba un emotivo discurso en la XIX Sesión de la Asamblea de NNUU. El guerrillero era dueño de un carisma y una oratoria que podían cautivar aún a los más conspicuos representantes del capitalismo. Y el “Che” lo hizo, concluyendo su alocución con la ya paradigmática frase “patria o muerte”. Su visión de una paródica libertad cubana que cuando menos tres generaciones vienen lamentando, le permitió ganarse una salva de aplausos más por la emotividad que imprimió a sus palabras que por el fundamento de sus afirmaciones.

En 2010, el presidente Morales instituyó que las Fuerzas Armadas de la Nación, en los partes diarios como en los actos protocolares y ante la exhortación ceremonial suya de “patria o muerte”, la tropa con vehemencia respondiera: “venceremos”. Los altos mandos de la institución tutelar de la patria estuvieron sometidos, a cambio de prebendas, a un populismo que defendía un eje discursivo muy parecido al socialismo (aunque se dice que el primero es el arma y el segundo el asesino), que no se limitaba a lo constitucionalmente prescrito o a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas. La prosternación de nuestros Generales fue vergonzosa al adscribirse sin ningún sonrojo como soldados del proceso de cambio, canjeando su dignidad de uniformados castrenses, por un plato de lentejas. Fueron años en que la integridad nacional estaba a cargo de un puñado de soldados de alta graduación sin convicción de patria ni de honor. Esa proclama del oprobio, que en boca de militares dignos debió ser pronunciada con un nudo en la garganta, fue la humillación más grande que un Capitán General pudo hacerle a sus soldados, cuyos antecesores que defendieron con sus vidas a Bolivia del infierno del comunismo, fueron víctimas precisamente de los que acuñaron la tristemente célebre consigna

“Patria o muerte” es el símbolo de una época cuya diacronía se ha encargado de concienciar a las nuevas generaciones de que Bolivia, estuvo a punto de ser escenario de un interminable derramamiento de sangre, de un adoctrinamiento protervo y quién sabe, si, de un Estado sitiado por las garras del comunismo, de la pobreza, de la miseria y de la esclavitud. Triste episodio de nuestras Fuerzas Armadas que se arrodillaron ante quien pretendía llevarnos por ese camino, acogiendo arengas y respondiendo con entusiasmo las mismas palabras con que fueron abatidos sus camaradas. La historia comete errores, y uno de ellos fue permitir que un Presidente salido de las urnas y convertido en tirano haya humillado al soldado boliviano con una afrenta. Patria o muerte es el símbolo de la vergüenza, la arenga del rebajamiento, la fórmula del autoritarismo, que en los cuarteles, hoy gracias a la decisión del gobierno de Jeanine Áñez, no va más.

Augusto Vera Riveros es jurista y escritor.

 
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