Franz Tamayo fue sin duda uno de los más destacados intelectuales del Siglo XX en nuestro país y, como todo hombre de pensamiento, tuvo mucha relación con la prensa, pues tiene que comunicar sus ideas. Tamayo a través de la prensa publicó innumerables artículos periodísticos, fue director de EL DIARIO y fundó otros medios escritos.
El día 29 de abril de 1909 publicó un artículo en el “Tiempo”, titulado: “Fueros de Prensa” y escribió: “Esto que se ha hecho en llamar “fueros de prensa”, es decir, el derecho que la prensa patrióticamente intencionada, tiene de emitir juicios libres sobre todas las actuaciones y manifestaciones de la vida pública de un país, miradas las cosas en el fondo, no es solamente un privilegio o un fuero, sino un altísimo deber social nacido de la manera de ser misma de nuestras sociedades y estados modernos.
La prensa honrada es, en suma, un acto de conciencia social, continuo y necesario. La prensa no es la ley, pero en cierto modo es la salvaguardia de la ley. Tampoco es la encarnación de este ó aquel interés, determinadamente público; pero es el libre exámen y la libre discusión de todos los intereses y todas las necesidades de la Nación. De aquí que parezca extraño que algunas personas ó algunos órganos de la misma prensa, encuentren fuera de lugar el que se provoque una pública investigación ó una discusión periodística sobre tal ó cual hecho de interés público también. No es un placer que se satisface, es un deber que se cumple al obrar así; y es en este sentido, que un diario tiene el derecho de reclamar para sí el noble título de órgano de la conciencia nacional. (…)
Se habla en la República, desde hace ochenta años, de dignificar y ennoblecer la prensa; bien está, pero es preciso entenderlo. Si por dignificación de la prensa se ha entender cierto aire doctoral y estéril de ciertos diarios pasados ó presentes; si por un pudor y un respeto mal entendido se ha de entredecir á la prensa el derecho de provocar exámen y discusión sobre hechos de dominio é interés públicos; si por pobreza de espíritu ó por pobreza de energía, que aun es peor, se ha de hacer de la prensa una vieja mogigata de perpétuo amen é invariable gloria in excelsis -lo declaramos solemnemente: no estamos dispuestos á entrar en dignificaciones semejantes.
Somos, queremos ser una energía palpitante de la nación, una fuerza viva, una acción determinada y profunda, fecunda sobre todo, en una tierra en que los más (fuera de ilustres excepciones) hacen que hacen y acaban por no hacer nada.
Y terminando, y, para evitar falsas interpretaciones, diremos que nuestro culto incondicional de los intereses públicos no irá nunca por encima de la dignidad humana, del respeto de las personas, que no es otro que el nuestro propio”.
Tamayo en esta columna periodística hace referencia al papel o rol fundamental de la prensa en 1909 o en este tiempo, que la prensa tiene que develar todo lo que es de interés público, por encima de poses, u otro interés que no sea el de la Patria. Plantea Tamayo que una suerte de energía cívica debe ser la que mueva y dignifique a la prensa, es decir el servicio a la comunidad, diciendo lo que ésta debe conocer, en salvaguarda de sus intereses.
El pensamiento “tamayano” sobre la prensa se resume en esas líneas que dicen que “un diario tiene el derecho de reclamar para sí el noble título de órgano de la conciencia nacional”.
El autor es Abogado, periodista y escritor.
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