Comercio, deporte y paseo en día electoral

La población, como en cada jornada electoral, buscó sus propios mecanismos de distracción en compañía de la familia o de manera individual. El comercio, deporte en bicicleta o caminatas, además de pequeños paseos grupales a pesar de la amenaza viral, fueron las características de las imágenes urbanas en la sede de Gobierno.

En las zonas periféricas, así como en las villas Copacabana, San Antonio y hasta Pampahasi, incluida la vía más comercial de todas como es la Buenos Aires aprovecharon cada uno de los espacios de la calzada y de las aceras para poder extender sus plásticos y exponer sus productos a los transeúntes, quienes con la responsabilidad de llegar a sufragar aprovecharon para alimentarse o adquirir alguna prenda de vestir.

Entre los productos ofertados se presentaron desde aquellos de consumo inmediato, almuerzo, frutas, jugos, hasta conservas, bolsas de arroz, azúcar, fideos, huevos, entre otros. Las prendas de vestir también ocuparon sus espacios en los quioscos, pero los productos de bioseguridad como barbijos, guantes, esparcidores de alcohol, entre otros también ocupa un lugar en la preferencia de la población, quienes pese a no haber respetado el distanciamiento social, no dejaban de hacer uso de barbijos de todo tipo.

“Es verdad que nos han indicado que es importante el uso de barbijos especiales o los quirúrgicos, pero los de tela y bien diseñados también son de mejor elección sobre todo entre los adolescentes y los jóvenes. Como adultos nosotros buscamos que nos cubra todo y los trajes de bioseguridad o mamelucos también son llamativos y muy bien aceptados”, explicó Martha Quelca una de las comerciantes ubicada a casi 50 metros del colegio Franco Boliviano en la zona Sur.

Mientras que el deporte era practicado en la zona Sur, donde los ciclistas y quienes realizan trotes desarrollaron su actividad con normalidad.

Incluso las botellas de Dióxido de Cloro, que no deben ser comercializados como cualquier comestible, eran expuestas frente al colegio Méndez Arcos, donde los vendedores aclaraban que su uso es solo como un atomizador, como el desinfectante del alcohol que se vende en botellitas.