Según economistas
> La recuperación desigual de los países de la región incidirá en sus economías y en el empleo
La pandemia, aunque en menor escala, la crisis económica, que tocará fondo este año, y los temas políticos, como la división al interior del partido de gobierno, así como frenar la desigualdad, serán los desafíos del próximo gobierno que tomará posesión en unas semanas más, según economistas, organismos internacionales y autoridades nacionales.
Un Producto Interno Bruto negativo para la presente gestión genera preocupación, aunque no en las dimensiones exageradas, ya que países de la región ingresaron a una recesión económica profunda más que Bolivia, que se estima llegue a -7,9 %, según organismos internacionales.
El nuevo gobierno deberá implementar “políticas valientes e inteligentes”, señala Gary Rodríguez en su artículo de opinión titulado: Desafíos para el próximo Gobierno y agrega que se avizora una crisis económica y un gran descontento social, lo que no se podría resolver con bonos, pues no habrá dinero que aguante.
En un programa de televisión de ATB, Estudio Abierto, el ministro de Planificación del Desarrollo, Gonzalo Quiroga, señaló que el pago del Bono contra el hambre, promesa del nuevo Presidente, no tiene fondos, ya que los créditos canalizados ya tienen destino.
Mientras la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, informó que por la crisis en la región se cerrarán 2,7 millones de empresas. “Ahí se perderán muchos empleos de mujeres. Habrá mayor pobreza: 118 millones de mujeres caerán en esta condición, 56 % en la informalidad, mayor desocupación. 53 % están en sectores de alto riesgo”, detalló.
Mientras el artículo publicado en blog del FMI por Samuel Pienknagura, Jorge Roldós, y Alejandro Werner, titulado: La persistencia de la pandemia nubla la recuperación de América Latina y el Caribe, señala que en el segundo trimestre, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú perdieron un total de 30 millones de empleos, siendo los segmentos más afectados las mujeres, los jóvenes y trabajadores poco cualificados.
“Si bien muchos trabajos retornarán conforme se reanude la actividad, las estimaciones actuales apuntan a pérdidas duraderas de ingresos, que podrían borrar algunos de los avances sociales logrados hasta 2015. Se proyecta que la pobreza aumente significativamente, lo cual exacerbará la desigualdad del ingreso, que ya era una de las mayores del mundo antes de la pandemia”.
Los atores del artículo señalan que será una recuperación desigual. “La actividad económica empezó a repuntar en mayo, gracias al relajamiento gradual de los confinamientos, la adaptación de los consumidores y las empresas al distanciamiento social, importantes políticas de apoyo en algunos países y la mejora del entorno externo. Sin embargo, las aún altas tasas de contagio y de letalidad han hecho que el proceso de apertura sea relativamente lento…”, agregan.
Optimismo
Entre tanto el analista William Foster, Vice President - Senior Credit Officer de Moody’s Investors Service, señala que la conclusión de las elecciones presidenciales en Bolivia, después de casi un año de incertidumbre política, ayuda a allanar el camino para que el nuevo Gobierno pueda hacer frente a los crecientes desequilibrios fiscales y externos del país. Las necesidades de gastos importantes en desarrollo en un contexto de menores recursos fiscales, ganancias estructuralmente inferiores para el sector de hidrocarburos y perspectivas de crecimiento más bajas en el mediano plazo representarán desafíos crediticios significativos para el próximo Gobierno, a pesar de la estructura de deuda favorable de Bolivia.
Datos
La economía boliviana cayó 11,11 % a junio de 2020 por causa de la pandemia Covid-19, informó el INE a través de su boletín estadístico de octubre 2020.
La cuarentena implementada para precautelar la salud de los bolivianos afectó el normal desarrollo de las actividades económicas con un severo impacto sobre el sector productivo, comercial y de servicios, y la sociedad misma.
La estrepitosa caída del PIB al primer semestre se debió a los abruptos descensos en las importacione4s (-31 %), las exportaciones (-20 %), la inversión (-17 %) y el consumo familiar (-6 %) y el sector público (-3 %).
En términos de actividad económica, el sector más afectado fue el de la construcción (-5 %), seguido de: minería (-39 %); transporte y almacenamiento (-18 %); servicios (-16 %); industria manufacturera (-13 %); comercio (-11%); electricidad, gas y agua (-6 %); petróleo y gas natural (-5 %); y, establecimientos financieros (-4 %). Su retroceso ocasionó un fuerte impacto económico y social.