Armando Aquino Huerta
Las elecciones generales del 18 de octubre de 2020 nos dieron GANADORES y PERDEDORES, que es necesario analizar consultando la realidad política y social del pueblo boliviano; situación que nos obliga a las consideraciones siguientes:
1.- Algunos consideran que la victoria del MAS, es una sorpresa; empero antes de las elecciones después de varias elucubraciones decían que el MAS podría ganar en primera vuelta, si es que no se unían los demás candidatos. Consiguientemente no parece ser una sorpresa dicha victoria, sino más bien una confirmación de las probabilidades, que hace ver que los cálculos políticos estaban mal calculados por la superficialidad de sus análisis.
2.- La victoria referida se atribuye la falta de unidad de los candidatos opositores al MAS, dando a entender que todos unidos podían ganar las elecciones y gobernar el Estado durante 5 años para solucionar los problemas existentes y dar mejores al pueblo boliviano; empero tal razonamiento parecía ser una utopía, porque era difícil cuando no imposible que puedan unirse ideas y planes opuestos por los intereses personales y de grupo. Realidad que dio como resultado a los ganadores y perdedores que conocemos.
3.- También se atribuye la derrota a la dispersión del voto, porque por causa de la desunión de los candidatos contrarios al MAS, los votos se dispersaron al extremo de dividirse en porcentajes que beneficiaron para que el ganador pueda ganar fácilmente en primera vuelta librándose de la segunda vuelta; apreciación que no parece justificada, porque no se podía asegurar que todos los votos de los militantes y simpatizantes de los unidos votarían contra el MAS, cosa que al parecer ocurrió y por lo mismo ya conocemos a los ganadores y perdedores.
4.- Se dice que ganó el MAS gracias a los votos de David Choquehuanca, porque era el candidato representante del voto campesino y del proletariado, dando a entender que dicho voto era digno de considerar y conquistar por constituir la mayoría de electorado; pero tal apreciación no parece ser certera, porque dicho voto sería resultado de que el pueblo boliviano habría llegado al convencimiento de que el MAS es el preferible ante los demás candidatos, y por esa convicción tenemos a los ganadores y perdedores de las elecciones.
5.- En consecuencia, los ganadores no solo serían los militantes del MAS, sino más del 50% del pueblo boliviano, entre los que seguramente está un alto porcentaje que no son sus militantes y no confían en los otros candidatos; por alguna razón será. Y los perdedores serían una minoría, que por razones y principios democráticos deben aceptar la victoria de las mayorías aunque no estén conformes.
6.- Al parecer muchas declaraciones, mentiras y denuncias sin pruebas de algunos candidatos favorecieron al MAS y perjudicaron a los perdedores, porque se llegó a saber que se pagaba por publicitar noticias falsas “Fack News” por Facebook e Instagram contra el ganador, que porque el pueblo ya no es tonto y no cree en las mentiras, dio su al voto para los ganadores y perdedores que tenemos, porque la mentira conocida como “una expresión que resulta contraria a lo que se sabe, se piensa o se cree” provoca pérdida de confianza en el que miente, por ello es demagógico decir todos los bolivianos somos hermanos, después de discriminarlos, despreciarlos y odiarlos.
7.- Por ello y porque el pueblo valoró las conductas publicitadas durante las campañas, tenemos a los ganadores y perdedores que conocemos; tal situación es fácil de discernir, más fácil que describir la escritura cuneiforme de los Sumerios si partimos de que muchos no aceptan como hermanos a la gente del Kollasuyo, más bien los desprecian.
Consiguientemente, el presentimiento de que en las elecciones generales nadie podía ganarle al MAS; pero gano, no es una sorpresa, sino el resultado de que la mayoría del pueblo boliviano, está convencido de que es la solución a sus problemas y rechaza las políticas neoliberales por su propio convencimiento y soberanamente; por ello esperamos mejores días, paz y progreso para todos los bolivianos, con humildad, sin soberbia y con el imperio de las leyes.
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