Fue durante el 'Battery Day' que Elon Musk realizó el anunció sobre la adquisición de una parcela en Nevada de 10.000 acres, unas 4.050 hectáreas, donde planeaba extraer minerales y construir una refinería de litio para abastecer una nueva fábrica en Texas.
Según el Financial Times, aquel día asistieron ejecutivos de Livent y Albemarle, las dos grandes compañías de Litio en los Estados Unidos. Fue toda una declaración de intenciones: Tesla no solo necesitará cada vez más litio para las baterías de los autos eléctricos, también está preparada para empezar a extraer el suyo propio y contribuir a abastecer la creciente demanda.
Justo después del anuncio, las acciones combinadas de Albemarle y Livent perdieron 1.700 millones de dólares. Bajo la visión de Elon Musk, Tesla será capaz de bajar el coste de producción del Litio en un 33%. Sin embargo, bajo la opinión de los analistas no es tanto que Tesla vaya a ser capaz de competir directamente contra estas dos grandes empresas, que a la práctica casi actúan como un duopolio en los EE.UU, sino más bien ejercer presión para que aumenten su producción.
"El coste de los metales importa", explicaba Tesla durante su 'Battery Day'. El objetivo de la compañía es reducir el coste de producción de las baterías y uno de sus planes pasa por fabricar las suyas, eliminando entre otros aspectos el cobalto. Sí seguirán necesitando el litio, un elemento del que ya se habla como el "oro blanco".
Recordemos que el pasado mes de septiembre Tesla firmó un acuerdo con el grupo minero Piedmont Lithium, de Carolina del Norte, para comprar su producción durante 5 años a partir de 2022.
Para alcanzar el objetivo de 20 millones de autos eléctricos al año en 2030, la industria del litio necesitaría crecer ocho veces, solo para abastecer a Tesla, según analistas de Citigroup consultados por FT. Pero los productores de litio han pasado años difíciles, debido a la caída del precio del litio.