Apoyo de padres y papel del maestro a clases virtuales en áreas rurales

Por la situación de la crisis sanitaria que se presentó en nuestro país, a partir de 12 marzo el Gobierno nacional tuvo que suspender las actividades curriculares en todas las Unidades Educativas, de ahí que mediante el Decreto Supremo No. 4260 el Ministerio de Educación trató de reanudar las clases ofertando cuatro modalidades: a distancia, virtual, semipresencial y presencial; con el objetivo de acceder a los derechos de la educación durante la época de la crisis sanitaria con la presencia del corona virus (Covid– 9).

Bajo el Decreto Supremo muchas Unidades educativas del área rural trataron de reanudar las actividades curriculares mediante la modalidad virtual, su aplicación tuvo muchas dificultades y problemas que posteriormente se desataría los reclamos correspondientes a las direcciones distritales por parte de los padres de familia, en muchos casos por no usar la tecnología correctamente o también el exceso de tareas que costaban megas. Por esta razón el presente artículo analiza las dificultades que se presentaron durante el desarrollo de las clases virtuales.

Los hogares del área rural por falta de recursos económicos, no disponen de equipos suficientes ni adecuados, en muchas ocasiones son obsoletos y no soportan las aplicaciones más utilizadas, para poder desarrollar actividades laborales y escolares, teniendo en cuenta además la convivencia de varias necesidades dentro de la misma familia. Además, no poseen un acceso a internet estable que permita la conexión de los miembros de la familia y también con sus profesores. Sin embargo, Para las familias que cuentan con varios hijos e hijas en etapa escolar, supone una dificultad tener que compartir los dispositivos entre todos; además, tener que apoyar las diferentes actividades propuestas. Algunos hogares del área rural ni siquiera cuentan con electricidad y eso es una de las grandes dificultades para que lleve en adelante la educación virtual.

Por otro lado, la mayoría de recursos tecnológicos están diseñados sin tener en cuenta las dificultades de comprensión de los niños y niñas. Y, a la vez, algunas familias tienen escasas competencias digitales que puedan asegurar un uso efectivo de muchos, y por tanto, es difícil que puedan facilitar el apoyo a sus hijas e hijos.

Los cambios que está sufriendo la convivencia familiar durante esta crisis: situaciones de desempleo, de enfermedad, fallecimiento y duelo, que suponen una alteración de la dinámica habitual. Este tipo de situaciones, muchas de ellas difíciles de comprender o asimilar para niños y niñas, se convierten en disparadores de estrés que pueden acelerar las dificultades durante la convivencia. También la pérdida de seres queridos, a la que se suman las denominadas pérdidas secundarias: desaparición de aquellas rutinas, espacios o actividades vinculadas, para el niño o niña, a la persona fallecida. De cara a generar procesos de duelo adecuado, es fundamental la estabilidad en el hogar durante esta fase de duelo.

Asimismo, cabe indicar que la mayoría de los maestros actualmente participan de los cursos de CISCO, TIGO y Educador Digital que los facilitan las herramientas para una educación virtual adecuada, además participaron en los cursos y talleres de UNEFCO desde las gestiones 2016 en el manejo de la Tecnologías de Información y Comunicación y esto demuestra que la capacitación es constante y el maestro está preparado para el desarrollo de las clases virtuales.

Por otro lado, la clausura de la gestión escolar 2020 mediante la Resolución Ministerial No. 050/2020 emitido por el Ministerio de Educación, fue una las grandes barreras para que no se lleve en efecto las clases virtuales, pero aun así, muchos profesores están trabajando de manera voluntaria con tal que no se afecte al derecho de la educación de los niños y niñas de nuestro país.

Ahora en la actualidad, ya viviendo en la coyuntura de la crisis sanitaria, la tarea del maestro es ofrecer oportunidades de aprendizaje mediante las modalidades a distancia y virtual, en las Unidades Educativas del área Rural. El maestro o maestra tiene que realizar actividades adaptadas a la situación de lucha contra el Covid 19 y en la medida que sea prudente su desarrollo según las directrices. No creemos que sea adecuado utilizar estos espacios para el desarrollo de aprendizaje académico sino para garantizar espacios de desarrollo personal.

Además, debe tener en cuenta las necesidades de conciliación personal y laboral de las familias durante la crisis sanitaria, garantizando siempre el refuerzo escolar en base a las necesidades detectadas priorizando siempre los contenidos programados.

Asimismo, deberá readecuar el apoyo psicológico y reforzar su seguimiento, y orientar este tipo de acompañamiento a situaciones derivadas de esta crisis, tanto para el alumnado como para las familias.

De esta manera, lograremos una educación adecuada, esto requiere que los niños y niñas se predispongan a aprender y haya un compromiso responsable del padre de familia mientras dure la crisis sanitaria y cubrir los derechos a la educación.