Los asambleístas del Movimiento al Socialista (MAS) no podían dejar sus inmerecidos seis años de gestión sin provocar una gran bribonada. O tal vez se trata de la primera trastada incitada por los que llegan como parlamentarios: reemplazar los “dos tercios” por la “mayoría absoluta”, para el ascenso de militares, policías, designación de embajadores y otros temas de importancia. Es decir, que se inicia la nueva legislatura a la medida del MAS, y como ya no tiene los dos tercios en ninguna de las cámaras, ahora el nuevo oficialismo podrá aprobar leyes importantes solo con su mayoría absoluta. En suma, tienen la desfachatez de cambiar las reglas del juego de acuerdo a su conveniencia, con lo que los votos de Conciencia Ciudadana y de Creemos (votos de oro decían) no servirán para nada. Esta es una verdadera porquería, digna de quienes están decididos a mandar como lo hicieron durante sus largos 14 años, que debieron quedar sepultados.
Antes de irse, ahora utilizando por última vez los dos tercios que les permite la ley del 8 de octubre del 2010, estos parlamentarios han instaurado, contra la presidente Jeanine Añez, un juicio de responsabilidades sobre genocidio, tentativa de asesinato, lesiones graves y gravísimas y asociación delictuosa, que alcanza, además, a algunos de sus ministros. Esas acusaciones deberían recaer sobre los masistas incendiarios en Senkata y Sacaba.
Las palabras del presidente electo Luis Arce, sobre una nueva forma de hacer política decentemente, caen en saco roto antes de que se posesione en el mando. Para hacer política decente se necesita serlo, y el MAS muestra, una vez más, su cara fea, tramposa, sibilina, que no puede merecer la confianza de nadie.
Mientras tanto empiezan a desvanecerse las acusaciones contra los cómplices de Evo Morales que estaban escondidos en embajadas y madrigueras y salen a la luz. Al propio Morales se le quiere pasar por alto los cientos de desmanes que provocó tanto en la conducción política como con los recursos económicos del Estado y en su disipada vida privada.
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