¿Sabían que, un certificado de educador digital vale casi igual a de un doctorado?

Y seguimos de mal en peor, el encabezado de este escrito no es un invento o una mera apreciación al respecto. Y es que en las últimas compulsas, para optar el cargo de docente de una determinada área educativa en el sistema de educación regular emanadas por el Ministerio de Educación, Deportes y Culturas, a través de las Direcciones Distritales de Educación, se pudo evidenciar que quienes fueron beneficiados o “ganadores” de dichas compulsas presentaron en sus currículums el certificado que acreditaba haber vencido los curos de Educador Digital (curso de dos meses) cuya ponderación fue de 15 puntos, más que una licenciatura o maestría ( curso de 2 a 3 años) cuya valoración es de 10 puntos y cerca de un título de Doctorado en Educación que equivale a 20 puntos ( curso de 3 a más años).

No tenemos nada en contra de los maestros que fueron ganadores de dichas compulsas, más al contrario el echo de acceder a tener más horas de trabajo o llegar a tener un Ítem en el magisterio es muy ponderable, lo que queda en tela de juicio es la forma en la que manejan el sistema educativo en Bolivia. No contentos con dejar en agonías a la Educación tras el cierre del calendario escolar, se dan el lujo de improvisar aspectos que son muy delicados tal el caso de no considerar la meritocracia como elemento fundamental para el acceso a impartir docencia.

Por otro lado, muchos de los docentes que habían cursado los talleres de Educador Digital no pudieron acceder a su certificación por razones que hasta la fecha no logran dar una respuesta coherente por parte de las instituciones encargadas de estos curos pese a las constantes quejas de muchos docentes quienes mostraron su ira por este modo de llevar las compulsas en el magisterio boliviano.

Pero esa postura anómala enunciada no es de ahora, en los distintos procesos de institucionalizaciones a cargos de docentes de “Normales” y directivos del sistema educativo en Bolivia que se realizan cada tres años, denotaban una serie de incoherencias al momento de hacer la valoración respectiva de los documentos requeridos como la presentación del certificado de aprobación del curso de aimara como requisito “imprescindible” o la ponderación de artículos en revistas “domésticas” las cuales están en el marco de “artículos científicos” o finalmente haber ejercido el cargo de “autoridad originaria” que no tiene ninguna relevancia para ocupar los cargos enunciados.

Se pone de manifiesto que en dichas compulsas de anteriores gestiones los que accedieron a ocupar cargos de directivos en Educación Superior fueron los allegados directos al partido de gobierno en función, al mismo tiempo en un 90% de los docentes también tenían que tener militancia política y finalmente los cargos de directores distritales y departamentales de igual manera a las anteriores.

Finalmente esperemos que cambie esta situación sea quien sea el próximo presidente de Bolivia, lo que se quiere es que veamos a la educación con otros ojos, que se instaure la verdadera meritocracia en las institucionalizaciones y que se diseñe una nueva estructura de los procesos de institucionalizaciones y compulsas en el magisterio para elevar el nivel educativo en nuestro País.