Urge flexibilizar el pago del aguinaldo

Llega a su fin el convulsionado 2020, que sacudió las estructuras económicas, políticas y de salud de todos, y con ello las obligaciones empresariales del pago del aguinaldo de fin de año.

Tanto por razones de orden político, pero especialmente la pandemia del Covid-19, la actividad económica se vio gravemente afectada, al extremo de que los más optimistas señalan que el PIB nacional se reducirá en por lo menos un 11 %.

En este marco político-económico, que esperamos se estabilice el próximo año, el sector privado nacional espera que el gobierno considere su posición respecto a la necesidad de flexibilizar el pago del aguinaldo 2020.

Hace pocos días el vicepresidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, Juan Carlos Suárez, dijo ante los medios de comunicación que la obligación del pago de este beneficio debe ser flexibilizado “para evitar, en el caso de los pequeños emprendimientos, profundizar el deterioro de sus operaciones y presionar a la desvinculación de colaboradores o seguir el rumbo de cese de actividades ya asumido por varios empresarios”.

La mayor parte de las empresas nacionales, tanto grandes como medianas y pequeñas no están en condiciones de cumplir con esta obligación. No olvidemos que a la inestabilidad política que vivimos a fines del año pasado, en marzo de este año se sumó la crisis del coronavirus, que todavía nos mantiene en emergencia sanitaria y algunas restricciones a la actividad productiva, como la paralización del turismo.

La Cámara Nacional de Comercio considera que una etapa de emergencia requiere de medidas de emergencia y estamos viviendo un año complicado y no sabemos cuándo saldremos de la pandemia, por lo que existe incertidumbre en el sector empresarial como en las familias y esperamos que sean tomadas medidas adecuadas para estabilizar la economía.

La caída en las ventas y la continuidad de las obligaciones empresariales, como salarios, créditos, impuestos, pago de la seguridad social, atender a los proveedores en un contexto de creciente contrabando por la devaluación de la moneda en países vecinos generan problemas críticos de liquidez entre las empresas industriales en todo el país,

Un criterio similar fue expresado por Javier Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), al remarcar que “habrá que esperar la decisión que tome el Gobierno, sin embargo, hay una situación crítica de liquidez que obviamente lleva a que se evalúen diversas posibilidades que permitan cumplir a las unidades productivas con este beneficio social hacia los trabajadores”.

Para la Cámara de Comercio, las crisis sanitaria, económica y política que vivió el país generaron condiciones negativas para la actividad económica, por lo que sería prudente que se analice el emitir una normativa excepcional que flexibilice las obligaciones laborales de fin de año. Entre diciembre y la primera semana de enero se debe programar el pago de las planillas de tres salarios, lo cual debido a la iliquidez por las que atraviesan las empresas, les será complicado cumplir con esas obligaciones.

Durante el gobierno del señor Morales, se dispuso que si la economía crecía en más de 4,5% los trabajadores se hacían acreedores a un segundo aguinaldo, que en algunos casos se pagó hasta marzo del año siguiente.

Si un año exitoso para la economía se traduce en un segundo aguinaldo para los trabajadores, consideramos que en un año que será negativo en por lo menos un 10 %, el gobierno debería considerar a los empresarios, dándoles flexibilidad para que puedan cumplir con el pago del aguinaldo.

Pocos días después de las elecciones de octubre de este año, el nuevo presidente del país, Luis Arce Catacora expresó su preocupación por el pago del aguinaldo en el sector público aunque, remarcó, “tendrá una idea más concreta una vez reciba la información del Gobierno sobre la situación económica”.

En la flexibilización del pago del aguinaldo se debe tomar en cuenta que el pedido no solo beneficiaría a las grandes y medianas empresas del sector privado, sino en forma especial a las micro y pequeñas empresas.

Néstor Conde, presidente de la Confederación de las Micro y Pequeñas Empresas (Conamype) expresó su preocupación, porque al menos 100.000 mypes se declararon en quiebra ante la emergencia sanitaria generada por el coronavirus. Entre los más perjudicados está el que se dedica a los textiles.

El empresario y docente universitario Daniel Escalera R., en un comentario que publicó a mediados de este año señalaba que “la visión a futuro de nuestra economía debe ser innovadora y enfocada en la generación de empleos que impulsen el crecimiento económico y en el desarrollo tecnológico de nuestra matriz productiva con un énfasis especial en el sector mi-pymes, que tiene la mayor incidencia en el empleo”.

A agosto de este año, la base empresarial nacional, registrada en Fundempresa, llegó a 333.127, superior en 2,8 % al que se tenía a la misma fecha de 2019. De éstas, 263.346, son unipersonales, que representan el 79.1 % de las empresas legalmente constituidas.

El autor es Economista, con doctorado en la Universidad de Salvador de Argentina, Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Presidente de Fundempresa, Miembro de Número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.