"Hoy 16 de noviembre de 2020, comienza un nuevo ciclo de nuestra Policía Boliviana, un nuevo ciclo de reinstitucionalización, bajo estos tres ejes esenciales: disciplina, dignidad e institucionalidad", sostuvo el presidente Luis Arce en acto de posesión al coronel Jhonny Aguilera como nuevo Comandante General interino de la Policía Boliviana.
Arce manifestó que la institucionalidad no es otra cosa que el respeto a la institución policial, "es decir el respeto a los reglamentos internos, el respeto a la autoridad y a la meritocracia, y el respecto al mandato constitucional que tiene la no deliberación política y el respecto de los derechos humanos".
"Esta institución responde a la Constitución Política del Estado, la disciplina es la columna vertebral por la que todo policía debe regir el desempeño de sus labores", agregó.
Por otro lado, dijo que la dignidad "es darle a la Policía una vida digna, tanto para que realice su labor al servicio del pueblo boliviano, como para que haga respetar la soberanía de nuestro país en cada una de sus acciones".
En ese sentido, remarcó que es menester resaltar que la Policía debe estar siempre, pase lo que pase, al lado de su pueblo y del mandato popular expresado en las urnas. "Ahora la institución policial tiene la tarea fundamental de recuperar la confianza del pueblo", acotó.
El mandatario dijo que no debe existir una Policía politizada ni que sea instrumento de persecuciones al que piensa diferente.
"No podemos tener, nunca más, policías que quemen los símbolos patrios, no podemos tener policías que asuman acciones para ir contra un Gobierno democrático y legalmente constituido, eso no debe volver a ocurrir nunca más y eso solo será posible mientras nuestra Policía se rija bajo los principios constitucionales", enfatizó.
CONFIANZA EN LA POLICIA
El nuevo Comandante General de la Policía expresó que la población debe tener plena confianza en esa institución, que velará por los derechos de las personas, principalmente de las mujeres, que es un sector vulnerable de la sociedad.
Así, indicó que cuando se registra una acción de violencia contra la mujer, existen tres actores involucrados, el agresor, la agredida y el testigo, que se convierte en cómplice, si es que no denuncia el hecho.