Suman y siguen los feminicidios

La pandemia y el confinamiento han aumentado el crimen en sus distintas modalidades; los más frecuentes son los feminicidios y los infanticidios, perpetuados entre concubinos y convivientes o en el interior de sus viviendas. Los feminicidios no han excluido como autores a novios y enamorados.

En las dos primeras semanas de noviembre, a nivel nacional, los feminicidios sumaron 104 casos. La mayor parte se concentra en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. De este número, al primero le corresponden 40 feminicidios, lo cual representa el mayor número y de éstos a El Alto un enorme porcentaje. Las provincias paceñas no dejaron de aportar a esta funesta cifra. Más extraño e ingrato es que de los 104 asesinatos de este tipo, solo 11 merecieron sentencias en todo el país, de las cuales una en El Alto fue la única que aportó el departamento.

El resto, 93 feminicidios se encuentran en proceso o investigación. La Paz con 40 casos, Santa Cruz 17, Cochabamba 15, Beni 6, conjuntamente Chuquisaca y Potosí 5, Pando 2 y Tarija 2, según un rotativo nacional. Las sentencias dictadas son dos en Tarija, Oruro, Cochabamba y Beni, respectivamente, y en La Paz, Santa Cruz y Chuquisaca, una en cada departamento. Significan escasamente el 10% de todos los feminicidios y ponen a la vista la retardación e ineficiencia de la justicia nacional y la poca diligencia del Ministerio Público. Sin duda, varios de los indicados autores criminales se encuentran libres gracias a la Ley 1.173, la que determina el máximo de seis meses de detención preventiva, aunque el proceso continúe en teoría, pero en la práctica caducan por cansancio o por abandono del Ministerio Público, es decir, terminan en impunidad. En el fondo estamos ante una especie de lamentable “·legalización de la violencia”.

Una de las causas significativas de los feminicidios se origina en el consumo de alcohol por las parejas, situación a la que se exponen las mujeres sin medir las consecuencias. Por supuesto que el alcoholismo es censurable en todos los casos. Los infanticidios también han cobrado mayor incidencia en el confinamiento o cuarentena y de modo general todas las formas criminales, como ser los asesinatos, los robos a viviendas y establecimientos. El robo de automóviles, radio taxis y taxis con muerte a los conductores. La criminalidad crece por la incontenible y masiva emigración campo- ciudad, la cual trae consigo la desocupación y ésta la delincuencia, a la par que la informalidad creciente. Los gobiernos que pasan no tienen políticas públicas sobre la emigración y se limitan a contemplarla inactivamente.