Los recursos del erario nacional, según la memoria histórica, fueron manejados de manera dispendiosa, no sólo en dictadura militar, sino en gobiernos de reivindicación civilista. Se lo hizo sin pensar en el venidero, sino con afanes coyunturales. Ello ha ocurrido antes y después del 10 de octubre de 1982.
La Patria fue lastimada y empobrecida por algunos malos bolivianos, llamados derechistas e izquierdistas, que constituyen la clase política, de todos los tiempos. De esa adversa suerte no pudo, desgraciadamente, liberarse. Ahí radica su mayor infortunio.
Pocos han gobernado despojados de intereses mezquinos. La mayoría lo hizo bajo consignas partidistas. Y quizá hasta con la orientación estratégica de corrientes internacionales. De ahí que siempre ha tropezado con la piedra lisa, que provoca caídas estrepitosas. De esas caídas pocos se recuperaron, los más pasaron a la historia sin pena ni gloria. O fueron arrojados a la basura, entre derechistas e izquierdistas, entre uniformados y civiles.
Recordemos, en este contexto, que un gobierno de tendencia nacionalista a fin de lavar su imagen ante la comunidad nacional e internacional hizo circular el “Bono patriótico”, con recursos provenientes de la bonanza económica, resultado del aumento en los precios de materias primas en el mercado internacional. Por consiguiente, le sobraba dinero, pero le faltaba moral política. Además, con una deuda externa que crecía día tras día. Con amplios sectores inmersos en la pobreza y la desigualdad social.
Eran los años 70 del siglo pasado. Ese fue el primer bono entregado al pueblo boliviano en tiempos de bonanza económica, es decir cuando llovían los billetes verdes, se pudo entregar no sólo uno, sino varios, con tal de mantener satisfecha a la ciudadanía, reducir a los contestatarios u opositores, e imponer los postulados político – ideológicos, en paz social. Cada bono tiene su objetivo, su rostro para impresionar a quienes lo reciben. Es el “pan y circo” que motiva sonrisas. Es el elemento para enriquecer discursos de plazoleta.
La población, entre amigos y enemigos del régimen, lo recibió con alborozo, debido que era no sólo una novedad, sino una enorme ayuda a la economía popular, en circunstancias adversas. Luego, con el transcurso de los años, vendrían otros, con diferentes nombres.
Obviamente, el autoritarismo impuso acciones que repudiaba la ciudadanía, ya que lindaban con la intolerancia y el abuso de Poder, con la persecución y el revanchismo. Pese a que, en Democracia, considerada como el sistema de libertades, se ha estilado también, en muchas ocasiones, estas actitudes reñidas con la convivencia armónica. Pero que con el “Bono Patriótico”, se quiso curar heridas.
Ese gobierno tuvo, como cualquier otro, algunos aciertos, dignos de ponderación. No todo estuvo podrido. Hechos que son de conocimiento público.
En suma: habría que informarse de quién viene el bono y qué objetivo persigue el mismo.
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