Álvaro Numbela Tejada
Los poderes políticos (Legislativo - Ejecutivo) no dejan de agravar la situación del boliviano, de la boliviana. Sus luchas si alcanzaren el máximo de su esplendor, destruirían la sociedad. En efecto, si el parlamento llegara a reducir al Ejecutivo -como aconteció en el Perú- la sociedad se desvanecería en una inmovilización mortal. Por eso se tiene que atender la exigencia de un Poder Judicial que reoriente las estructuras económicas y políticas del país. En síntesis, un auténtico Poder Judicial -que a cada instante y rápidamente- direccione sobre la ley, la marcha de la comunidad nacional.
LOS PROBLEMAS QUE TENEMOS
Epa... que se utiliza una cancha rayada de antemano para manejar una simple mayoría en el parlamento. Los poderes del Estado no trabajan en sus competencias, el parlamento acaba de hacer un homenaje inconsistente; se nombra embajadores en sesiones reservadas del parlamento, fuera de las previsiones que contempla la llamada Carrera Diplomática; se tiene “una justicia que activa procesos antiguos y deja sin efecto otros requerimientos a ex-autoridades” (*). Y lo que es más grave, ¡no se trabaja en atención a la problemática contemporánea del desarrollo o el necesario perfeccionamiento de nuestras formas de organización político-social!
El Consejo de la Magistratura no promueve la nominación ni el ascenso de los jueces, no establece la lista de aptitudes para los ascensos, menos ejerce sus funciones disciplinarias. El parlamento no controla al Ejecutivo, no toma las decisiones que interesen al plano nacional; el Ejecutivo conducido por un Partido sirve para la instauración del poder personal, el “Jefe de Estado” puede determinar y conducir la política de la nación; el presidente tiene exorbitantes competencias; en fin, el Tribunal Supremo Electoral busca plata; luego en aquel honroso afán vendrán las universidades, los municipios, las gobernaciones, etc.
La nueva Administración del Estado puede subsanar aquellos problemas, tal como espera la sociedad boliviana, con un trabajo creador y de futuro.
EL HORIZONTE FRUCTÍFERO
Para la problemática contemporánea del desarrollo:
- El Poder Judicial para restablecer su independencia frente a los poderes políticos debe trabajar de diferente manera, inicialmente con un Sistema Procesal Común; luego con el establecimiento de un Estatuto de la Magistratura para saber... ¡quién es un magistrado de verdad!
- El parlamento debe tomar decisiones que interesen al resto de la nación, en total consuno con la llamada oposición, que tiene la innegable ventaja de enriquecer el debate y las decisiones.
- El Ejecutivo con su “Jefe de Estado” en la conducción de la política interna y exterior tiene poderes exorbitantes que los ejerce sin control. Las milicias armadas, la Guardia Sindical, ¿qué dicen las FFAA y la Policía?
Reflexionando sobre la importancia de estos trabajos elementales que todos conocen, de momento sólo me queda recordar que el Estado es el único Poder capaz de regularizar la competencia de los poderes de hecho que genera la sociedad. Por ello, el Estado debe funcionar mejor que una maquinaria suiza en la dialéctica del Orden y del Movimiento, resolviendo los problemas y no destruyendo las Ideas del resto del conjunto social.
(*) EL DIARIO: Mons. Centellas Sistema Judicial es otro poder que atraviesa por una crisis, La Paz 19 de noviembre de 2020, Pág,1.
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