Una noticia reciente de EL DIARIO 23/11 se refiere a que las reservas de agua en las represas de La Paz están mostrando el descenso de los niveles de agua en las represas que proveen de este importante elemento a la población a la ciudad capital.
La senadora por La Paz y destacada intelectual Cecilia Requena nos recuerda la escasez de agua que se dio en los años 2016 y 2017, periodo en el cual tuve oportunidad de debatir el tema en mi calidad de Superintendente General del SIRENARE, con motivo de la posible ejecución del proyecto Mamoré que proponía el Brasil, complementarios a sus dos proyectos en la cuenca amazónica.
En la actualidad se recuerda que este es un problema a nivel mundial, debido al cambio climático.
Siendo este el caso, reitero la iniciativa que hice en ese entonces de conformar un Comité Nacional integrado por los ministerios de Medio Ambiente, Agricultura y Obras Públicas, con objeto de encarar medidas anticipadas para el manejo de las cuencas hidrográficas, lo que es un tema de enorme actualidad. Lamentablemente, pese a la buena disposición de varias entidades la iniciativa fue tirada por la borda, por el Viceministerio de Medio Ambiente de ese entonces que adujo que era su competencia y, por tanto, no me correspondía promover esa iniciativa. Como si la responsabilidad de aprovechar los recursos hídricos de que disponemos, fuese una competencia de un solo Ministerio.
¿Cuál es el problema central? Muy sencillo. El país tiene tres grandes cuencas hidrográficas, la cerrada del Altiplano, la del Plata y la más grande de todas, la Amazónica, con una superficie de 724.000 Km2, los cuales en el escurrimiento del río Madera representan el 96% de total que escurre por nuestro territorio.
La del altiplano, en gran medida por vincular el Lago Titicaca y Poopó mediante el Desaguadero tiene un manejo binacional con el Perú, con el proyecto ALT. Pero falta un mayor desarrollo interno que debería ser competencia principal de las gobernaciones de La Paz, Oruro y Potosí. Resultado, en una zona en la cual el recurso hídrico es esencial para la actividad agrícola e industrial y el consumo humano, no hay un esfuerzo para aprovechar de mejor manera los recursos disponibles. El mejor ejemplo de esta situación es la falta de aprovechamiento nacional de las aguas del Silala, sobre las cuales ya se ha aceptado que estas aguas nacen en Bolivia y por tanto su aprovechamiento por parte nuestra ya debería estar en marcha.
Resulta evidente que las autoridades de las gobernaciones y alcaldías de los tres departamentos deberían crear mecanismos de coordinación para encarar la ejecución de proyectos individuales y conjuntos para el aprovechamiento de las aguas que se tiene en ríos y lagos de los mismos, que contribuyan al desarrollo agrícola, industrial y para el consumo humano en los mismos.
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