Todos los días, en las canchas de Villa Esperanza, se forja su ilusión.
José Herrera Torrico es un joven jugador valluno que todos los días entrena en las canchas de Villa Esperanza, en su natal Cochabamba, para llegar lejos en el fútbol que es su pasión.
De la mano de gente amiga, como es el caso del argentino Juan Carlos Peñalva, agente de jugadores, quien junto a su empresa Denovo Sports ha decidido colaborar con el trabajo de futbolistas jóvenes y de condiciones en Cochabamba.
Su padre es músico, vientista de Savia Andina, con su mismo nombre, José Edwin Herrera, quien le quiso inculcar la música, pero al final, José eligió las canchas.
Porque este joven delantero forjado en la Escuela de Trapo, y con pasado en Jorge Wilstermann, está ahora libre con la empresa Denovo Sports que lo representa, y, piensa en cosas mayores.
Uno de sus primeros premios a tanto empuje, es la Selección Nacional Sub 20, con quienes trabajó en noviembre de este año, en Santa Cruz junto a Pablo Escobar.
“Ha sido una experiencia única, la verdad que muy bonita, no cualquiera tiene esa dicha, estar en un microciclo, con los profesores, con Pablo Escobar, es un privilegio, me siento feliz de haber estado en ese grupo”, afirmó el joven atacante a Deportes El Diario.
“Con ganas de volver y dar todo de mí, para dejar el nombre de Bolivia en un buen lugar”, subrayó Herrera, quien espera tener la chance de representar a Bolivia en un certamen internacional.
Del trabajo en Santa Cruz, destaca la forma de dirigir de Pablo Escobar.
“El carácter del profesor Pablo Escobar me llamó la atención, cómo te explica, cómo te enseña, ha sido muy diferente y muy bueno para mi”, indicó.
Una de las principales enseñanzas y será algo que recordará toda su vida, fue cuando Pablo Escobar los reunió a final de un entrenamiento para darles unos consejos. “El profesor nos daba sus consejos, que no cualquiera te los dice, nadie mejor que él te de esos consejos, delantero igual que yo. Es increíble cómo le pega al balón, le sigue pegando bastante bien, todavía”, remarcó con admiración.
Y, en cuanto al resto del plantel, del seleccionado nacional Sub 20, tiene los mejores recuerdos.
“Todos muy buenas personas, apoyándonos, todos se pusieron la verde y todos tenemos que ser una familia. Nos enseñaron a ser responsables, disciplinados, tomar eso como tu vida, así tienes que manejar tu vida, porque trabajas con profesionales en todas las áreas, te dicen cómo tienes que dormir, comer, trabajar, son completos. La verdad así tiene que ser para rendir al máximo”, afirmó el atacante valluno.
Por todo ello, volvió a Cochabamba, donde ya tomó una decisión.
“He decidido ser futbolista, es algo que llevo en la sangre. Mi sueño es jugar en el exterior, en Japón, China, Europa, poder representar a Bolivia en la Absoluta. Mientras tanto, estoy esperando a cualquier club que me haga una oferta para demostrar mi talento. Quiero ayudar bastante a mi familia, que siempre me ayudó”, afirmó con seguridad.
