La nueva destilería de Casa Real abrió sus puertas hace casi dos años, fue construida con el objetivo de ser un destino enoturístico imperdible del sur del país, la nueva estructura ofrece una fusión de tradición y modernidad y hoy busca potenciar el servicio y las experiencias, para contribuir a la recuperación del turismo en Tarija.
El recorrido empieza directamente en la viña hasta que el visitante se encuentra con la imponente y elegante fachada Casa Real, que fue construida con detalles de pirca de piedra, en armonía con la identidad del paisaje Tarijeño.
La puerta es otro atractivo de la edificación, es de Roble Boliviano, pesada, mide 8 metros de altura. Su imponencia da la bienvenida a todos los visitantes y que los mismos sientan que tienen un lugar en Casa Real.
Una vez en la destilería, los visitantes pueden apreciar la elaboración de la bebida espirituosa acompañados de un guía, disfrutar de los jardines ambientados con vista a los viñedos y compartir la bebida nacional el clásico Chuflay, además de otras opciones de coctelería.
Atrás, una inmensa campiña de uvas conquista el paisaje chapaco e invita a los curiosos a caminar sus senderos para conocer los secretos del cultivo de la vid. Las noches de cocteles, la cata de destilados y el día de picnic son otros encantos que ofrece el trayecto.
Carla Lema, responsable de Hospitalidad y Tiendas de Casa Real, indica que la marca apuesta por el desarrollo de la industria del turismo mediante inversiones permanentes, lo que también genera fuentes de empleo a más de 250 trabajadores directos. Esta visión permitió a la destilería consolidarse como el destino de enoturismo más visitado de 2019, según la Unidad de Estadísticas de la Secretaría de Turismo y Cultura de la ciudad de Tarija.