Álvaro Numbela T.
Los acuerdos para tantas “reformas” judiciales son las pruebas que muestran un amateurismo cierto. Todo resulta inquietante y ridículo, la decepción es total, cuando jamás la sociedad boliviana ha pedido “reformar” la Constitución. A este respecto es bueno saber que el autor de la Constitución es un ser muy diferente de los poderes políticos establecidos (el Ejecutivo y el Legislativo), que tienen la obligación de cumplir con ella bajo juramento.
Para pilotear Bolivia, había que confiar el mando de la recuperación del país a equipos de gente con experiencia y tal vez concentrados en un solo foco: el empleo.
LOS HECHOS
A 15 de noviembre de 2020, “el gobierno plantea tres pilares claves para reformar la justicia” (1). Luego, a la semana siguiente, 22 de noviembre, “el gobierno envía cinco leyes al Parlamento para reforzar el trabajo judicial” (2). Finalmente, deja la cuestión en manos de “expertos”; y para terminar, el gobierno de 2020 “quiere una reforma constitucional a través de modificaciones a la Constitución” (3).
¿Las vacilaciones anunciadas a dónde nos conducen?, a responder que no se tiene la película clara, a propósito de una cuestión tan importante para la marcha de la Comunidad Nacional: ¡el necesario perfeccionamiento del Poder Judicial! Dado que todos apuntan al cambio de personas con elecciones, que descuida la tradición judicial; a nominaciones sin contemplar los ingresos, ascensos y remociones que determinan no solamente la independencia, sino también la eficiencia que viene de un Estatuto de la Magistratura, concebido sociológicamente.
TODO DEPENDE DE NOSOTROS
No está bien que lleguen misiones de paz; menos comisiones independientes; peor aún que el presidente implore justicia para Senkata o Sacaba, y Mons. Sergio Gualberti junto al Pueblo repiquen que “El sistema judicial perdió credibilidad en el país» (4) ...
Todo depende de nosotros. El gobierno debe demostrar mayor certeza en los pasos que asume. Mínimamente las cosas deben estar en su lugar, tal como quiere el ministro de Educación Adrián Quelca, quien en fecha 16 de noviembre enseñó: «que el año escolar será diseñado con actores involucrados» (5).
Ello le puede valer el equilibrio deseado, dentro de la responsabilidad social-colectiva. Consiguientemente, no estamos muy lejos de manejar la dialéctica del Orden y del Movimiento, haciendo que el Poder del Estado sea el indispensable regulador. El Ministro de Justicia y sus expertos deben trabajar elementalmente con el Cuerpo Judicial, para establecer una nueva forma de trabajo judicial: experiencia que ya se tuvo con motivo de la pandemia, sin necesidad de leyes, reformas, Consejos Ciudadanos u otros pereques. Con solo instructivos, Bolivia puede quedar feliz por aquello que Mons. Sergio Gualberti subraya: «La Justicia perdió toda credibilidad debido a la corrupción y el manoseo político».
NOTAS
1.- Prensa Nacional. El gobierno plantea tres pilares clave para reformar la justicia. La Paz, 15 de noviembre de 2020. Pág.1.
2.- La Voz: Lima presenta 5 leyes para reforma judicial. Cochabamba 22 de noviembre de 2020. Pág. 6.
3.- Prensa Nacional: El gobierno se plantea una reforma judicial a través de modificaciones a la Constitución. La Paz, 30 de noviembre de 2020. Pág.1.
4.- EL DIARIO: Sistema Judicial perdió credibilidad en el país. La Paz, 30 de noviembre de 2020. Pág. 1.
5.- EL DIARIO: Año escolar será diseñado con actores involucrados, La Paz, 16 de noviembre de 2020. Pág.1.
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