Homilía dominical
> Monseñor Sergio Gualberti explicó que la paz debe ser construida sobre nuevas relaciones con Dios y con el prójimo
El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, afirmó que la paz es una tarea urgente en el país, asumiendo el compromiso de todos para desterrar rencores y venganzas, superar divisiones, evitar todo lo que amenaza disgregar nuestra sociedad y trabajar por la reconciliación, el diálogo y la unidad.
Durante la homilía dominical, explicó que esta paz debe ser construida sobre nuevas relaciones con Dios y con el prójimo, centradas en el amor, la paz que nos llama a vivir como hermanos, la paz que es mucho más que ausencia de guerras y conflictos, la paz que es el gozo de los bienes de Dios a compartir en equidad e igualdad entre todos.
Dijo que, en este tiempo, los católicos están llamados a comprometerse en asumir una conducta intachable y transparente para que en nuestra vida personal y de la sociedad, “habite la justicia”, la condición indispensable para que Dios nos encuentre en paz.
También recuerda que la Virgen María, Juan el Bautista e Isaías “invitan a que también nosotros, como ellos, digamos nuestro sí al llamado de Dios. Concretamente ellos nos piden trazar, en nuestra vida, el camino de Jesucristo, a aplanar las montañas de nuestro orgullo y arrogancias, y a rellenar los valles de los vacíos y de tantos sin sentidos de nuestra vida”.
Monseñor Gualberti manifestó que con mucho acierto la Iglesia ha fijado la fiesta de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el tiempo de Adviento que espera del Salvador, porque, ¿quién más que María, esperó con cariño, cuidado y gozo el nacimiento del Hijo de Dios que llevaba en su seno? Por eso en la Iglesia se venera también a María como la Virgen de la esperanza, el ejemplo luminoso que nos anima y acompaña en la preparación a acoger al Señor.