Participación de estudiantes reflejada en su formación

Para la constitución de una educación, un pilar fundamental es la participación intrínseca y extrínseca, ya que desde hace mucho tiempo se tiene una educación que siempre la impugnó. Desde una perspectiva dinámica, se trata de que la participación realmente se refleje en el fruto desinteresado de una educación que promueva un accionar independiente, lo cual es imprescindible para el logro de objetivos formativos en cada contexto orientado hacia una educación sin fronteras.

Por lo antecedido, en los procesos de enseñanza y aprendizaje notamos una mirada miope sobre el apoyo hacia una formación educativa que se refleje en la participación comprometida de todos los actores educativos, por lo que es menester propiciar espacios de concreción educativa desde una perspectiva de integración. Y es que al promover esta forma de educación, la ligamos con la interacción dinámica del cuerpo calloso hacia un sentido integrador del educando en su entorno próximo.

En la actualidad se considera la participación como sinónimo de obligación, direccionándonos hacia una forma de pensamiento equivocado, lo cual necesariamente debe ser revertido desde uno mismo, para que la columna fundamental de la educación se refleje en el apoyo al interés del educando desde una perspectiva de formación de la vida para la vida.

Siendo motivo de preocupación desde la diversidad, es prácticamente una directriz que fue preocupación de los diversos promotores y del conjunto de la población, que si bien tiene interés por promover una educación desde una práctica consciente que dé paso a una participación activa, asertiva, dinámica y propositiva, son urgentes las acciones oportunas para brindar un mar de posibilidades participativas, frente a la preocupación por la constitución de nuestro país en el futuro como uno de los más prominentes en educación, que es el legado a revitalizar con nuevas propuestas acordes a los actuales enigmas de la pedagogía contemporánea y en el futuro.

Con la actual dinámica social vemos con preocupación cómo nuestra sociedad afronta la economía global desde una perspectiva de cambio, buscando mejores oportunidades de vida, donde la labor de los padres no se limite a un rol especifico, sino a formar parte de la sociedad como personas con diversos roles, donde se hace sumamente necesario partir de esa inquietud que se refleja en una educación actual, donde la premisa nos direccione a conformar espacios de participación adaptativa. Es decir, buscar integrar a todos los actores educativos con su participación desde diversos ángulos y posibilidades, ya que es necesario orientar la formación hacia un rumbo educativo definido, quedando atrás esa mirada miope que hasta el momento pasa desapercibida.

En este mar de posibilidades educativas, cabe enfatizar que debemos buscar nuevos recursos, estrategias y espacios donde de forma más detallada se visibilice la participación. Es decir, debemos buscar espacios participativos, tarea que queda pendiente, que encamine hacia una educación bajo la mirada atenta de todos sus actores frente a una sociedad cambiante, cuya dinámica evolutiva la afrontamos día a día.

Conseguir la participación en educación es una de las constantes que latentemente preocupan por el interés de encaminar las acciones pedagógicas. Por ello es propicio debatir e impulsar estos temas que nos direccionan hacia una formación que sea significativa para nuestras actuales y futuras generaciones y más aún frente a la actual pandemia que limita la habitual forma de participación.

El autor es director de Unidad Educativa.